Escríbame:
Biografía
Cuentos
La mariposa
La visita
Carta de un platano
El asado
Caida libre
Laura
De la plaza de armas
Infobox
Cinco años de vida
De niña a mujer
El doctor pitipoff
La historia de una luciernaga
La primera vez
Cuando el viento sopla sobre el arrecife
Un instante con ana
Pasión

DE LA PLAZA DE ARMAS


Me hallaba preocupado y decidí sentarme en un escaño de la plaza de armas.
Dos años de cesantía es algo agobiante para cualquier persona, así que me tome aquel pequeño descanso.
Esa paloma, de blanquísimo plumaje, no se despegaba de mi cercanía, buscando las escasas migajas que le había lanzado. Yo la observaba y con agrado le convidé más. ¿ Qué sabía ella de mis problemas ?, ni pensarlo,a las 4 de la tarde, con un calor atosigante, y yo sentado allí, alimentando a un animal. ¿Un animal?, ha dicho mal. ¿Un animal?. Cómo le gustaría volar: ¿Verdad?. Cómo le gustaría ser libre, ¿Verdad?. Estar atado a un sueldo, depender de un trabajo, vestirse como los otros, poseer lo mismo que otros, pelear y matarse por dinero, y a mi me dice animal.
Señor: “Tenga a bien saber que yo soy una paloma, no un animal. Verá, yo no trabajo y sin embargo el alimento no me falta, yo no necesito hacer ninguna de las cosas que Ud. como hombre tiene que hacer para subsistir.
Mírese a sí mismo, allí sentado en un banco, cansado y agobiado por los problemas de dinero, y yo libre, vuelo hacia donde yo quiero, y hago lo que quiero y nada me falta.
La próxima vez, Señor, entonces, deténgase con más respeto frente a mí, mire que aunque Usted no lo quiera, yo soy mucho más feliz que usted.
“ Y desplegando sus espaciosas alas, voló de aquí para allá y de allá para acá, mostrando su gran maestría, en algo que yo; por cierto...no podré hacer jamás...volar.




Sitio Web desarrollado por Escritores.cl - 2003