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La tercera de estas ideas es:

ES NECESARIA LA AUTO – OBSERVACIÓN, U OBSERVACIÓN DE SI

    La auto-observación es la primera llave para abrir la puerta que nos lleva a despertar, que nos va, poco a poco, sacando del sueño. Es una llave maestra.
La auto-observación, a diferencia de la observación que mira hacia el exterior, mira hacia el interior de uno mismo. Ella nos ayuda a descubrir las variadas facetas de nuestra verdadera y escondida personalidad. Esas cosas de las cuales hablábamos que son inconscientes, pero que influyen en nuestro comportamiento habitual.

    Cuando uno observa puede ver una silla que tiene en frente, una hoja, una calle, o una casa.
Cuando uno se auto-observa la mirada es puesta en nuestros pensamientos, en nuestras emociones.
En la práctica vivimos en dos mundos, uno externo y el otro interno. En el mundo externo suceden los eventos que producen nuestros estados internos.
Por ejemplo: algo sucede en su vida familiar, digamos que una de sus hijas contrae matrimonio. Esto produce en su interior diversas reacciones, tiene emociones, pensamientos.
O imaginemos que le llega un día una abultada cuenta de teléfono y esto le produce sorpresa, desagrado, malestar, inquietud, etc.
Así, a cada evento externo corresponde un estado interior. Y son, precisamente, estos estados internos que deben ser observados diariamente.
De eso trata la auto-observación, que se llama también observación de sí.
Si usted se auto-observa comenzará a descubrir cosas sorprendentes que lo ayudarán a conocerse mejor y por lo tanto, a estar más apto para el cambio.
La auto-observación produce en nosotros un crecimiento de conciencia, imprescindible para ir dando pasos en nuestro crecimiento personal.
Usted debe observarse a sí mismo y darse cuenta de cuales pensamientos y emociones se le presentan continuamente. Este es el primer paso para ir dejando de ser una máquina que reacciona siempre mecánicamente.
Para que esto resulte, la auto-observación tiene que convertirse en una práctica cotidiana. Cada día, usted tiene que hacer un ejercicio de verdadera introspección. Y entonces verá como, poco a poco, gracias a sus propias observaciones sobre sí mismo, su vida cambia.



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