La segunda de estas ideas es:
ESTAMOS DORMIDOS PERO, PODEMOS DESPERTAR.
Nadie tiene que permanecer dormido si no quiere y tiene la suerte de que alguien le indique el grupo de ideas al cual mirar y con las que hay que trabajar.
Despertar viene a ser el poder ver objetivamente la realidad, la justa dimensión de las cosas, libre del peso de las asociaciones mentales personales que lo tiñen todo, oscureciéndolo, velándolo.
Como ya se dijo anteriormente, la primera condición para abandonar ese estado de sueño es ver por uno mismo que la idea de que uno está dormido es verdadera.
Esta constatación primordial es el primer paso en el verdadero desarrollo personal.
Cuando uno comprueba finalmente que vive como un autómata, enteramente formateado por la educación, por las experiencias personales, etc. Entonces quiere uno liberarse de tantas ataduras y recién comienza a buscar algo que pueda ayudarle en su cometido.
Una vez obtenidas las ideas apropiadas, el futuro se abre para un trabajo serio sobre sí mismo. Un trabajo práctico que permite que abramos los ojos.
Ahí recién empieza el camino que lleva al hombre nuevo y deja atrás al hombre viejo. Sobrevienen paulatinamente, gracias a la valorización y práctica de estas ideas, diversos cambios. Y, de pronto, comienza uno a darse cuenta de cosas que antes pasaban desapercibidas.
En realidad lo que sucede es que comienza uno a ser más conciente de uno mismo y a despertar.
Este es, en todo caso, según estas ideas, el objetivo de nuestra vida en este planeta. Para eso hemos venido a este mundo y poseemos estos cuerpos planetarios Y para lo cual sólo necesitamos un cambio de mente, que es lo mismo que decía Jesucristo, mirar hacia otra bandada de pájaros, la bandada correcta, donde están las ideas que hacen posible que un hombre abandone su antigua vida y encuentre la paz interior y la plenitud de su existencia.
Así que si usted quiere despertar puede hacerlo. Esa es una gran noticia. Hay ciertas ideas de la misma bandada que lo ayudarán a que despierte.
