Una novelita lumpen: Bolaño de traje
en la miseria
por Cristian Brito
Si comenzamos desde la premisa que hablar de Roberto Bolaño, es en
gran medida, hablar de literatura, para nada nos deberá sorprender que él
fuera uno de los escritores escogidos para el innovador y ambicioso proyecto
de la editorial Random-Mondadori; la denominada colección “Año
cero”, donde cada novela está enmarcada tomando como escenario
una de las ciudades más importantes del mundo, y es adjudicada a un
autor perteneciente a esta nueva camada de escritores (Bolañó,
Fresán, Gamboa, Rey Rosas, Prieto, Martínez y AbadFaciolince)
que ha resultado una suerte de renovación en las letras hispanoamericanas.
Bien,
a pesar de que sólo he leído Una novelita lumpen y Mantra de
Rodrigo Fresán, me arriesgo a decir que en esta novela de encargo, da
lo mismo que la acción transcurra en Roma o en otra ciudad, pues en
el fondo, la ciudad si bien es cierto juega un rol de personaje, pudo haber
sido prescindible como tal, pues a fin de cuentas la trama se sobrepone al
ambiente cosa que en Mantra no se da, ya que México es fundamental
en la trama.
Como se mencionaba anteriormente, la acción transcurre en Roma, una
ciudad que en todo momento da una impresión de decadencia apocalíptica,
en este sentido son importantes de destacar los estados de ánimo de
la protagonista-narradora que influyen notablemente en la impresión
que el lector recoge de la urbe, es decir, un lugar más bien triste
y gris.
Una novelita lumpen cuenta la historia de Bianca y su hermano, adolescentes
que sufren la muerte de sus padres en un accidente automovilístico.
La narración en su totalidad es controlada por la voz de la extraña
muchacha que rememora el pasado desde el presente de mujer casada. Bianca,
quien en el inicio de su relato de juventud, cuenta cómo ingresa a trabajar
a una peluquería con desgano y sólo impulsada por el afán
de sobreviviencia.
La narradora se inserta en un mundo laboral tan incoherente
ydesconocido como le resulta su propia existencia “Un día encontré trabajo
en una peluquería. Lavaba cabezas. No cortaba, pero me fijaba cómo
lo hacían las otras y me preparaba para el futuro. Mi hermano dijo que
era estúpido ponerse a trabajar, que con la pensión de orfandad
podíamos vivir felizmente. Orfandad, la palabra daba risa” (Pág.
15).
El hermano por su parte, finalmente ingresa a trabajaren un
gimnasio; lugar donde conoce a dos curiosos y desarraigados personajes, el
boloñés
y el libio. La inserción del hermano al mundo del fisicoculturismo resulta
curiosa y determinante. La narradora nos presenta la figura del hermano como
a un tipo muy joven y descreído, pero cuya psicología y visión
de la vida cambia sustancialmente en su nuevo mundo laboral “Por aquellos
días, debido a su trabajo en el gimnasio, mi hermano adquirió una
costumbre curiosa. -¿Quieres ver mis progresos?-decía. Entonces
se sacaba la camisa y me enseñaba los músculos…que tímidamente
iban emergiendo de su cuerpo como tumores…Una vez me dijo que soñaba
con ser Mister Roma y luego Mister Italia o el Amo del Universo. Yo me reí en
su cara.” (Pág. 17).
El boloñés y el libio desempeñan un importante papel
en lo que a la vida de Bianca se refiere. La primera consecuencia de sus presencias
es la iniciación sexual de la narradora que le lleva a reflexionar sobre
cosas que antes para ella habían pasado desapercibidas “Mientras
estaba en la cama, como digo, con la luz apagada y los ojos abiertos, sin esperanzas
de poder conciliar el sueño, uno de ellos entró y me hizo el
amor…Aquella mañana, mientras me vestía y hacía
la cama, pensé en eso y en el peligro y en el amor y en todas las cosa
de apariencia extraña que aparecen cuando menos te las esperas y que
en realidad siempre son subterfugios de algo distinto” (Pág. 39).
Estos mismos personajes son quienes les proponen robar la
casa del ciego Maciste, una ex estrella de cine. El señuelo para lograr el hurto será Bianca
que es ofrecida como una suerte de prostituta, sin embargo, para ella el desempeñar
este rol le provoca profundos cuestionamientos que a fin de cuentas sucumben
ante la urgencia económica provocada por la siempre presente sombra
de orfandad que la envuelve “Tenía miedo de ser una puta…Sin
embargo intuía que todo era cuestión de acostumbrarse…estafadora
probablemente no, porque los estafadores siempre tienen un maestro que enseña, ¡y
a mí quién me iba a enseñar nada? (Pág. 58). Así la
orfandad, la soledad y la inmadurez son constantes dentro de la novela.
Si
bien es cierto que el asunto central de la obra es el recuerdo, existen en
ella otros factores que son relevantes. Finalmente el tan mentado robo no se
lleva a efecto, muy por el contrario, Bianca termina en un tormentoso y apasionado
romance con Maciste. El boloñés y el libio desaparecen tal como
se pierde la inocencia de la narradora, en medio de una soledad que parece
estar invariablemente sobre todos los personajes, mientras ambos hermanos continúan
aferrados a su fragilidad y turbaciones “Esa noche después de
tanto tiempo, la noche fue de verdad, oscura y frágil y ribeteada de
miedos, y todos los que permanecimos despiertos aquella noche fuimos seres
débiles, cansados, con ganas de contemplar otra vez el amanecer” (Pág.
121).
Una novelita lumpen no está dentro de las grandes obras de
Bolaño, detalles como la ausencia de su ya tan habitual intertextualidad
se extrañan, pero algo queda claro, su calidad parar narrar historias
es deslumbrante. Un escritor que logra crear mundos dentro de otros mundos,
un autor que genera ficción de la realidad…en fin, un escritor
de alcurnia que hasta en los más sórdidos ambientes mantiene
su elegancia y categoría literaria.
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