MUJERES:LA
SEXUALIDAD SECRETA
por
Jorge Arturo Flores
Este
es un libro muy interesante. Por varias razones. Una, porque está escrito
por una periodista y una sicóloga chilenas. Patricia Politzer y Eugenia
Weinstein. Luego, porque detrás de todo esto existe una experiencia de
veinticinco años de consultas profesionales. Más adelante, porque
está enfocado desde una perspectiva chilena, es decir, dos connacionales
hablan de los problemas propios de sus compatriotas. También, porque
el asunto sexual está tratado con seriedad, sin tabúes ni perjuicios,
en forma muy natural. Y luego, porque el tema, de por sí delicado, aporta
muchas luces a hombres y mujeres y sin duda ayudará a un mejor conocimiento
de nuestras parejas.
Sobresale
los impactantes testimonios de las mujeres chilenas respecto al placer sexual.
Todas se quejan de sus compañeros, es un lamento profundo y preocupante.¿Sufrirán
de lo mismo todas las compatriotas o son las excepciones a la regla?. La mayoría
habla de falta de deseo, de carencia de orgasmos, de sentirse inútiles
y malas para la cama, de no ser interpretadas. Hay testimonios que realmente
preocupan.
Pero
lo que más llama la atención es la situación de los hombres.
Sobre ellos cae la espada sin misericordia y es bueno que lo lean, porque nadie
sale bien parado. En general, los hombres surgen en el texto como torpes en
sus caricias, ignorantes de la sexualidad femenina e insensibles frente a sus
demandas. Preocupados de su placer, poco les importa aventurar en el ajeno,
aunque digan que se interesan por hacerlas felices.
El
tema es espinudo.
Hay
ignorancia, es cierto, de la parte masculina, hacia su esposa o pareja, pero
se oculta que por el otro lado la cuestión no es tan distinta: la mujeres,
en general, tampoco conocen mucho de la sexualidad masculina y, preocupadas
de sí mismas, se olvida de lo otro. Lo más terrible, lo que parecía
que era parte del pasado, es el fingimiento de ellas respecto al placer. ¡Cómo
engañan a los hombres aparentando algo que no sienten!. ¡Qué
golpe a la virilidad!.
Hay
temas para conversar un buen rato.
Está
bien bosquejado aquello de que el hombre es un velocista de cien metros planos.
Todo para él es urgente, necesita descargar la tensión.No tiene
la culpa, por lo demás. Es su biología. En cambio ella es maratonista.
Mientras más lento, mejor. Ella busca la acumulación de la tensión
para lograr el placer. También es cierto que en los hombres ha quedado
grabado algo de sus genes prehistóricos: el hombre salió de la
cueva a cazar, a buscar el sustento para la familia. Era una competencia dura
y silenciosa. Por eso no es amigo de la charla, al contrario de ellas. En las
tardes, vuelve al hogar, agotado. El reposo del guerrero. En cambio hoy la situación
se ha alterado. El hombre sigue saliendo a la selva en busca del sustento. Lucha,
compite, no habla mucho. Llega a la casa, pero, ¡oh!, ya no hay descanso
del guerrero. Allí lo espera su compañera que le demanda atención
afectiva, preocupación por ella y la familia....
Los
tiempos varían.
La
búsqueda del placer por parte de la mujer también es distinta
a lo que piensa el hombre. Ella necesita de un entorno especial, aquello de
velas, penumbra, música, mucha caricia, mucha voz tierna, por lo menos
en el texto, lo elevan a una importancia suma. Pero no basta con aquello. Y
aquí viene lo nuevo o si se quiere lo que se desconoce. El entorno es
más amplio, proviene desde antes, desde días antes.Una palabra,
una mirada, una pelea, etc. No es cuestión del momento.Muy interesante.
El hombre cree, en su ignorancia, que ellas funcionan igual que él. Craso
error. La sexualidad femenina es compleja, intrincada, cambiante. No es fácil
ni sencilla. Se necesita de mucha paciencia para entenderla. Ella misma, a veces,
no se entiende. Lograr la armonía con la pareja no es cosa simple. Importa
un esfuerzo enorme. De ahí entonces, de acuerdo a lo leído, las
separaciones, los disgustos, las incomprensiones, los silencios, el mutismo,
la falta de deseo, el rencor. Se habla de diálogo. Es importante, pero
en estas materias a veces no basta.
De
toda la lectura se infiere algo que hemos dicho siempre: el hombre y la mujer
son terriblemente distintos, no se ve como pueden amoldarse o acoplarse. ¡Tienen
tan pocas similitudes y tantas diferencias!. Lo que más abunda son las
diferencias. ¿Cómo ha podido la sociedad juntarlos, mantenerlos
en el tiempo, formar familias, aguantarse en terminos más simples?. Es
un misterio. Existe aquí una mano especial, hay un instinto singular,
podría ser una programación genética. Porque de otro modo
no se puede entender la diversidad.
El
amor todo lo puede. Dicen. Pero en materias sexuales, con muy pocas excepciones,
no basta. La cuestión es muy dificil y la sociedad humana recién
se esta preocupando de esta parte. La irrupción de la mujer en la parte
laboral y sus exigencia de igualdad han sobrepasado muchas medidas, pero también
han traído consecuencias no siempre felices.
Al
buscar la igualdad, por ejemplo, tendieron a nivelar el asunto del placer. Y
el hombre muchas veces se creyó el cuento y las trató de igual
a igual. Nuevo error. No son iguales. No pueden serlo.No pueden ser tratadas
de la misma forma. No sienten lo mismo. No esperan lo mismo. Somos diferentes.
Muy distintos. Y se nota.
Seguirá
siendo un misterio los amores armoniosos, las relaciones felices.
Un
poeta dijo que en la pareja siempre hay derrota...
Un
libro que debe ser leído por hombres y mujeres. Recomendable. Faltó
sin embargo, una mirada de la mujer hacia el hombre. No basta con auscultarse
a sí misma. Se parte de esa base, pero despues debe venir el otro conocimiento.Porque
también es necesario conocer al hombre, a quien le exigen mucho, debe
sabérselas todas y el pobre no sabe mucho. Imagina mucho, claro que sí,
se jacta mucho, claro que sí, pero aún mantiene una ignorancia
latente en cuanto el espinudo tema.
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