Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura
Patrocinador
Secciones
Escritores

Semblanzas

Entrevistas

Artículos

Revista
Premios nacionales
Enlaces
Ebooks
Micro Cuentos
Cuentos Chilenos
Poesía chilena
Libros gratis



Páginas personales de escritores

Sitios en escritores.cl
Renato Martinez
Nicolás Mareshall
Cristián Brito
Andrés Castillo
Gonzalo Torrealba
Vistor De la Maza
Sonia Luna

Patricio Silva O.

OMAR

Estela Socias
Margarita Rodriguez
Juan A. Massone
Jaime Hales
Bernardita Moena
Humberto Flores
Loreto Silva
Luis Varas
José Pedro Soza
Orietta de la Jara
Elizabeth Gallegos
Annamaría Barbera
Roberto Rivera
Martín Lasso
Felipe Maturana
Tamara Rojas
Leandra Brunet
Naiffe Jasen
Buscar en escritores.cl
Ultimos Números
Abril 2001
Junio 2002
Julio 2002
Agosto 2002
Julio 2003
Agosto 2003
Septiembre 2003
Octubre 2003
Noviembre 2003
Diciembre 2003
Enero 2004
Feb/Marzo 2004
Abril/Mayo 2004
Octubre 2004
Noviembre 2004
Diciembre 2004
Enero/Feb 2005
Marzo 2005
Abril/Mayo
junio/Julio
Agos/sept
Verano 2006
Otoño 2006
Invierno 2006
Verano 2007
Otoño 2007
Verano 2008
Otoño 2008
Invierno 2008
Primavera 2008
Verano 2009
Otoño 2009
Invierno 2009
Primavera 2009
Verano 2010
Otoño 2010
Invierno 2010
Primavera 2010
Verano 2011
Otoño 2011
 

Boris Calderón

“El advenimiento de las resacas muertas”

por Rodrigo Véliz L.

Boris Calderón nació en San Bernardo el 12 de Septiembre de 1934, pero su vida la desarrolla en el pueblo de Buin. A los siete años de edad perdió a su madre, hecho que marcará la vida del poeta, forjándole una personalidad fuerte y un carácter independiente.

Desde muy joven demostró una preocupación por las clases más postergadas de la sociedad, lo que lo impulsó a fomar fila el las Juventudes Comunistas y en los frentes de combate del proletariado.

Estudió en las Escuelas Primarias de Lindero y Buin, luego terminó sus estudios secundarios en el Internado Nacional Barros Arana y el Liceo de San Bernardo, en estos dos últimos dirigió las respectivas revistas literarias. Ingresó a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, carrera que abandonó al segundo año. Actuó en los programas artísticos de Radio Prat y Radio América y dirigió durante un tiempo Radio Soberanía de Linares.

Boris Calderón entabla una fuerte amistad con Pablo de Rokha, con quien viaja por Chile y Argentina dando charlas y recitales poéticos.

Calderón publicó tres libros de poesía:

- “Estío en la Materia” (1954), prologado por Víctor Lohenthal y comentado por Mahfud Massís, Angel Gukumatz y Hermógenes Markovich.

“Se suicidan las palomas
cuando los espectros danzan
en la piedra de los alaridos.”

(Fragmento de Estío en la Materia)

- “El Libro de los Adioses” (1956), prologado por Pablo de Rokha, quien escribe:

“Hay material humano, ensangrentado y pujante en sus poemas, prematuramente heridos por los añosos y polvorosos dolores del hombre.”

El Libro de los Adioses es el poemario más conocido de Boris Calderón, en el cual se denota un fuerte y profundo canto a la muerte. Son de un carácter notable poemas tales como: A LA SOMBRA, DANZA DE ESPECTROS BAJO UNA LUNA DESPEDAZADA, ELEGÍA – INVOCACIÓN ANTE UN CEMENTERIO SIN MUERTOS.

“ No cantes sepulturero ese treno de mármol,
ya no tengo hijo, el hueco
de mis manos está hueco
y encima de mi frente el
cielo es una joya perdida sin sonido”

( Fragmento de ELEGÍA – INVOCACIÓN ANTE UN CEMENTERIO SIN MUERTOS)

- “Canciones para una niña que se llama Francisca” (1959), es un libro que contiene un poema de siete cantos, del cual sólo se publican dos ejemplares y Boris C. lo firma anónimamente, sobresale una pequeña nota que dice “Es propiedad de su inspiradora”.

Es un libro extraño, pues Calderón se aleja de todo lo escrito antes. Dan fe de ese cambio los siguientes versos:

““Furioso de hojas azules
redoblan su canto viento
amparado entre los mimbres
nunca quietos del estero
crece en sus flautas de seda
increíble sortilegio;
se quiebra en arcos de fiesta
como si fuera un lucero”

(Canto V de Canciones para una niña que se llama Francisca)

Boris Calderón siempre rindió culto a la amistad de sus nobles amigos: la familia de Rokha, Antonio Massis, Andrés Sabella, Jorge Teillier, Victor Lohental, entre otros.

Los últimos dos años de su vida Calderón los dedicó a la pintura y aún sobreviven algunos bosquejos enumerados y titulados que nunca concretó.

Boris Calderón muere el 1° de mayo de 1962 a los 28 años, producto de un tumor cerebral, quizás una cruel coincidencia, pues muere justo el “Día de los Trabajadores”, con los cuales siempre compartió un ideal de lucha por buscar la dignidad del hombre.

Los restos de Calderón se encuentran el cementerio de Buin, donde un busto de él sobrevive al tiempo y se alza sobre las malezas que cubren su tumba, pues siempre los cementerios de los pueblos tienen un poeta olvidado, que recita poemas a quienes nunca lo escucharon.


Hacer clic sobre la imagen

 

 
Club Literario
Destacados
Cartas al director

Páginas personales de escritores
Web de un escritor
Blog del editor de escritores.cl
Comentarios de libros
Mandalas de Omar

mandalas de Omar aquí

su email
Ingrese su email para recibir novedades de escritores.cl
Haga clic aquí
DIASPORA

Antología escritores fuera de Chile

Suplementos

La Mistral en fotos

Poesía Religiosa

Encuentro de escritores

Escritores chilenos en Canada

Letras de cuecas chilenas
Escritores al banquillo
Diversos

Libros recibidos

Boletines temáticos

continúe estas Historias Inconclusas

El Ciego

María

El diario de un cesante.

El ascensor.
El viaje en autobus
Participa en la Tierra de los MicroTextos

clic

   

© escritores.cl - Permitida la reproducción de su contenido mencionando la fuente siempre y cuando no sea con fines de lucro