Alfredo Lavergne


 
PRIMAVERA DE FIN DE SIGLO

a/ Sylvie Perron

 

 

Esta estación,
presentó a las mujeres de este Montreal,
decoró de hombres
las avenidas de la isla del San Lorenzo
y a los niños, propuso que recrearan los parques.
Es ella,
la que da a respirar colores a nuestros ojos
y puso en ellos la piel. Y quién de la piel
no ha ido de excursión a las dudas de la metrópoli
o regresó descalzo del sentimiento en desorden
o viajó con ella a la esperanza.
Ella es,
la que tiene la llave de los balcones de la ciudad.
Porque para ella, el amor es fruto de este tiempo.
Y es su vernal
el que lanza ojeadas distraídas
a la flora. A la fauna
de los que olvidan su pertenencia.
Si preguntamos a la tierra La tierra nos responde:
La primavera.
                      
                     La que emigra a los extremos del viento
y borra las fechas lastimeras.
La que nos entrega la luz e integra nuestro cuerpo
A la provincia Al país Al continente Al espejo.
La que existe, para levantar la hoja en blanco,
sin saber que el frío es un artificio que no piensa.
                      
                     Pero ella no sabe,
                      
                     que los cesantes, una vez más, atravesaron
el infierno de los 365 días.

 

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