Alfredo Lavergne


La muerte, 

fuera y dentro de la tierra

 

 

Todo es superficial
Y así, alzan el rostro sin tocar cielos ni misterios
Así, quedará el hombre sin el humano mundo
Así, cubren de agua a la melancólica manta
Así, sin esquinas el sueño es un mendigo
Así, no pesan las palabras en la memoria
Así, dejan a la montaña en la alambrada
Así, intentan el salto mortal los mártires
Así, se cierran las pupilas de la materia
Así, caen al pedregal las máscaras
Así, aman los mortales
Así, existe la rueda y la moneda
             
            Todo es fosa común
             
            Aquí, esperan el más allá que fue permitido
Aquí, sigue el derramado testigo del pueblo
Aquí, el verbo no deja en blanco la página
Aquí, se cierra a la vida la segunda puerta
Aquí, la sombra es el ojo de la mandíbula
Aquí, pesa el nauseabundo olor del pacto
Aquí, salta a la vista el aura piramidal
Aquí, pasa húmedo el infinito poeta
Aquí, la verdad de arriba es páramo
Aquí, no existe pudor ni poder
             
            Así – Aquí
Sólo la muerte no rompe su promesa.

 

 

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