Quizás no vencerá
mi palabra
el chasquido pegajoso de la nada
en este lento horror que me confina.
Diciendo de esto a la calle de nadie,
unos pocos amigos complementan
la codiciosa obra de mi espectro.
Aún así seguiré velando aquí
y cuidando del semáforo.
Ya pueden cruzar la calle.