Así pasan los años
             
A uno se le van los años, se le van 
sin dar con el secreto que tienen las ventanas. 
 
Debajo de la piel, un rostro 
es una costumbre casi perpetua 
que las palabras ignoran 
mucho antes de poner un pie en el día.
 
Nos atrae el sueño, los hábitos 
como un abrazo que una vez diéramos 
antes de enloquecer los tiempos 
y no cupiesen más palabras en el alma.
 
A uno se le van los años, se le van 
como un desacuerdo que se lleva en la mirada.

Portada
Siguiente