Así pasan los años A uno se le van los años, se le van sin dar con el secreto que tienen las ventanas. Debajo de la piel, un rostro es una costumbre casi perpetua que las palabras ignoran mucho antes de poner un pie en el día. Nos atrae el sueño, los hábitos como un abrazo que una vez diéramos antes de enloquecer los tiempos y no cupiesen más palabras en el alma. A uno se le van los años, se le van como un desacuerdo que se lleva en la mirada. |
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