Como decir yo soy con cara de gerundio
y olor a cuerpo propio, dejo en claro
lo que me une a ti, muerte querida.
Cuando no quepa ya más víspera
que una hebra de tarde en los cabellos
y agazape el sol su indecisa luz
entre mis hombros grises,
cogerás en tus labios mi nombre
y entonces seré voz de cicatriz
por donde escape el recuerdo.