En el timbre de esta voz repito tu blando nombre para sentir que has llegado y te has ido con la tarde. Si algo pudiere el amor, dame el minuto que pasa; entre esta boca y la tuya sea el encuentro que salve. Crujen aún los peldaños como una muda comparsa, al pudo ser de este amor se le fugó su milagro. Cuanto sucede en el tiempo sólo después se nos abre, el júbilo y la miseria mucho después de la tarde. |
|
|