Para tener en cuenta A Gloria Vásquez Del brazo de las horas, aficionadas a mi con pesadilla y mundo, juramentadas en signar el rostro de mis hijos y el de los hijos de sus temores, voy. No saben conciliarse antiguos hábitos de sueño confiado con un pronóstico de madrugada feliz, algo más convencido que cuando se está muy triste o el desamparo cunde como una palabra olvidada en la punta de la lengua. Inaudita locura de los sueños. No cesan las facuces del abismo. Parecen expirar los pechos habituales, sus compañías que miran directamente al rostro y se hiela todo menos la sangre del yo siento, del te espero, del vamos caminando. Si alguien preguntare y yo estuviere muerto, que se tenga esto en cuenta. |
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