(fragmento
del libro)
Comienza el viaje….
Norte de Hasme, Ciudad de Staw año 1400…. ¿Dónde
estarás? Esta pregunta retumba en mi cabeza día y noche
sin cesar, mientras el misterio se hace cada vez más fuerte,
trato de mirar al cielo en busca de las estrellas, pero solo logro
encontrar nubes negras en el frío clima de la ciudad de Staw.
Sueño con el día que nuestros cuerpos finalmente se
encuentren y que las llamas del amor nos quemen como un verdadero
incendio en el que los Dioses no intentarían apagarlo por miedo
a mí. Recuerdo tu rostro cada vez que toco la piedra preciosa
que rodea mi cuello, encadenando a mi alma, soy tu fiel servidor,
pero solo puedo verte en mis pensamientos, espero volver a encontrarnos
amada Mía. Tu cabello castaño voluminoso como el más
hermoso de los otoños. Tus ojos azules como el de la piedra
que me regalaste hace ya unos años, la mantengo aferrada a
mí para no olvidarte, tu objeto, mi recuerdo. Siento que cada
vez que el sol tocaba dichos ojos podían iluminar hasta el
alma más oscura, o crear un destello que pudiera iluminar al
universo. Tu piel pálida, sensible y muy cálida hacían
que la combinación pareciera una obra hecha por los divinos
dándole forma a un rostro delgado y fino. Tus labios, mi
perdición, cada vez que los tocaba para amarte sentía
que era un pecado profanar semejante belleza, tal vez siempre fuiste
eso para mí Mía, una fruta prohibida.