Dilucidar fragmentos de sueños es darle libertad a las emociones. Sigmund Freud sugiere que “los sueños son realizaciones disfrazadas de deseos contenidos”. De este modo, algunos fragmentos de nuestras vidas se quedan inertes en lo más hondo del ser, deformándose con el devenir cotidiano.
Mis sueños refugiaban encuentros y desencuentros, el amor diurno y fábulas nocturnas. En ellos la vieja casa, territorios recorridos, vapores en la madrugada, amigos y personajes infinitos habitaban encarnados, por decirlo así, como parte de mi existencia. Sin embargo, me niego a olvidarlos. En este proyecto imaginario y real, en este hallazgo fortuito de palabras he querido develar aquello que ronda mi corazón; deshabitar mis sueños, entonces, es como acortar la distancia.