ROSA… LA CLANDESTINA
Clandestina.
Con amaurosis recorriendo la avenida. Alimentando caídas.
Un tipo tras otro, huellas de pisadas destruyendo un corazón.
Un puro damita en los labios, portazos desmembrados tras la farola roja,
Gemidos de oporto, promesa preciosa bajo el faldón.
Poesía amarga, hermosa como la muerte, mujer de fuego
Creando raíces en el humo de los pulmones.
Despertando en la luna, con mañanas lejanas.
Deduciendo el costo, sobandose el bolsillo…sacudiendo los polvos.
Alma colectiva, cuerpo comunitario.
Tacones de lágrimas brillantes, charol negro encadenando los tobillos.
Mariposas violetas en los parpados, azules en las líneas de los ojos,
Olor a muerto en las pupilas, pestañas empinadas en la lucha. Guerrillera.
Buscando el amor en la cantina de la esquina.
Escote de rosas rojas marchitándose en el pecho.
Pecadora ingenua que sueña con el señor de aire.
Hígado conservado en alcohol, costras nasales por la nieve inhalada,
Excesos vacíos en la sonrisa final, madrugada de baile mortuorio.
…Rosa,”La clandestina” estaba en la basura,
Desnuda, helada y con los ojos abiertos.
Un perro lamía sus pies.