Biografía

Paulina Correa, poeta, escritora, comienza desde muy joven, ganando a los dieciséis años el primer premio en el concurso de cuento Miguel Magallanes Moure, incursiona luego en la crónica con el libro “Tramas de un nuevo destino”, creación colectiva que narra la evolución del movimiento de mujeres en el contexto de los años ochenta.
Obtiene el segundo lugar del concurso literario género epistolar, organizado por el Museo OHigginiano de Talca.
Sus últimas obras son “Romualdo”, cuento infantil ilustrado que trata el tema de la adopción y “Pasaporte para dos”, obra que conjuga texto y fotografías tomadas por ella y por el fotógrafo Álvaro Hernández Duchos, su marido.
Paulina nació en Santiago el 18 de Diciembre de 1965, es abogado, estudió teatro, vivió en Bélgica donde obtuvo un Magíster en Ciencia Política, es miembro de la Academia de literatura Infantil y Juvenil, profesora de la Facultad de Humanidades de la Universidad Tecnológica Metropolitana, madre de dos hijos.
Definitivamente enamorada de la literatura, sus obras reflejan su observación de las personas y una mirada nostálgica de Santiago.

 

 

Anita está en el corredor 

Anita está en el corredor, sentada mirando al infinito, mirando sin ver, no ve a las señoras frente a ella también perdidas en su mentes, desde la mañana está esperando a alguien, no recuerda bien, es la música que han puesto, son canciones de Navidad, es ese adorno que vio pasar en la mano de la auxiliar.

No tiene memoria de cómo llegó aquí, tampoco de quién la trajo, no importa, es como si el Hogar hubiera sido siempre, pero hoy tiene la sensación de esperar a alguien.

Anita está sentada en el corredor, sentada mirando ansiosa, mirando con ojos grandes, ésta vez vendrá. Su mamá la había levantado temprano, le puso ese vestido divertido lleno de animales, el árbol de Pascua brillaba contra la ventana, él va a venir, cómo no, es Navidad, seguro le trae un regalo, va a venir sólo hay que esperar.

La auxiliar la quiere llevar a la pieza, no quiere, hay que esperar, alguien vendrá, la dejan y siguen armando el árbol en el corredor.

Ya no hay luz en la calle, los animales del vestido son menos divertidos, los zapatos nuevosestán en el suelo, balancea los pies y mira la punta gastada de los calcetines, su abuelita le dice que venga a comer, ella no quiere, hay que esperar, su madre la mira callada y le trae unas galletas, Anita va a esperar .

La auxiliar insiste, es la única que queda en pie de su sector, las luces del árbol se ven tan bonitas, al final la llevan entre dos, no puede ser, ella sabe que tiene que esperar, la acuestan, pero no se va a dormir, seguro llega más tarde y no puede estar dormida.

La madre y la abuela discuten, dicen que su padre es un infeliz, que de nuevo la dejo esperando, que no da un peso, que al menos hoy por Navidad pudo venir. Anita espera, llora callada con la nariz pegada al vidrio de la ventana, en la televisión cantan villancicos, mira los animales mojados de su vestido y espera.

Está oscuro, se sienten las voces de esas señoras que nunca duermen y hablan solas a seres ausentes, Anita ha hecho un esfuerzo por estar atenta, pero pasa la última guardia y nadie ha venido, quizás ya no deba esperar.

La magia se va cuándo su abuela desenchufa las luces del árbol, el comedor se vuelve el lugar de todos los días, de su nariz cuelgan gotas gordas, la abuela le dice que hay que crecer, que no llore, que se porte como niña grande, que tiene que ser fuerte porque esta vida es dura, que el padre no va a venir porque a él no le importa ella, que es un mentiroso, que mejor se acueste, que esto de laNavidad es una pura tontera, Anita se acuesta, los ojos grandes y húmedos mirando al techo, nadie va a venir.

Tratan de convencerla de que ayude, que no pueden levantarla por la fuerza, que debe cooperar, Anita dice que no, que no quiere, que no le importa que sea Navidad, que ella ya no espera a nadie, que sabe que nadie vendrá.