Lo
vieron navegando por el vello negro, denso y sedoso, que
de repente se convirtió en irritado y crespo, en
ondulante geografía de torres líquidas y páramos
de espuma. Continuó su singladura, cuentan, con el
velamen resecado y la proa erguida, peligrosamente inclinado
a babor. Era, según cuentan los navegantes veteranos,
todo juventud y audacia; lucidez total al dejarse engullir
por el negro remolino.
Blas
Belmonte (español) & Liu Sai Yam (chino)
Brasil
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