Mi
tía Eduvigis
se pone maquillaje y ya no le pesan los años. Corrige
en su rostrocaminos que ella desconocía.
Mi tía Eduvigis se pone maquillaje con tal vehemencia
hasta no quedar nada de ella. Retoca sus cejas y borra surcos
y grietas que alguien dejó para siempre olvidadas
." Lo hago para mirar el sol sin verguenza " ,
se dice asimisma.
Para ella , lo esencial es guardar su cara fatigada en el
armario, luego pedir al espejo su aprobación y que
le guarde el secreto. Por último, se convence que
si el viento no ondula su pelo al salir en la mañana
es porque ya la desconoce.
Tal vez se venia preparando desde hace ya mucho tiempo,
recuerdo que cuando barría su casa solía guardar
la basurilla debajo de la alfombra.
Eduardo Humberto Díaz Rojas
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