Pérdida


Te necesito, compañera. ¿Por qué me abandonaste? ¿Por qué no me percaté que me dejabas? ¿A quién perteneces ahora? ¿Quién besa tu labio oloroso? ¿Quién acaricia tu cuerpo abundante? ¿A quién entregas tu forma, tu calor, tu fragancia? Si regresas a mí, te prometo nunca más ponerte en mi bolsillo de perro; te llenaré cada noche del mejor tabaco y te encenderé mil veces para ir suavemente, lentamente, chupando tu humo dulcísimo.


Teresa Pérez

 

Escritores.cl 2005