La besó. Volvió a besarla. Siguió besándola.
La encerró entre sus brazos. Acarició sus
hombros. Ella volaba, soñaba, reía. Un instante
de amor es eterno. La besó una vez más. No
podía separarse. No deseaba dividirse. Ella cruzó
la avenida. Él la observó atento. Ella volvió
la cabeza. Él la saludó con un gesto. Ella
se perdió entre la gente. Él se quedó
sin la gente. Ella llegó a su oficina. Él
dispuso el día libre.
A las 20 ella regresó a la esquina. Él nunca
regresó.
Ella cree que encontró la infidelidad. Él
cree que conoció la libertad.
Josemariagatti
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