Hace
frío. No sé por qué me trajo hasta
acá. Pero dijo que la esperara. Que vendría
por mí en cualquier momento. No me gusta andar en
la calle, de noche, con un vestido tan escotado. Ella insistió
en que me lo pusiera. Miro a derecha e izquierda, pero nada.
Se hizo humo. Qué hago, ni siquiera tengo plata para
regresar. Un auto se detiene frente a mí. Es un hombre.
“¿Cuánto?”, me pregunta. No entiendo. “ Veinte
lucas, no ve que es su primera vez...”, contesta una reconocible
voz de mujer.
Paulina
Correa
|