Patricia Gómez

La comprensión se cae en mis párpados dormidos marcando los dos mundos.

Patricia Gómez nació en Santiago el 20 de Febrero de 1960, en su vida ha estado presente esa necesidad por buscar respuestas a interrogantes, que a veces, no llegan fácilmente, sin embargo mantienen su alma en constante movimiento. A través de esa búsqueda nacen las letras que se escapan de sus manos dando forma a la poesía. Sus textos han sido antologados en varias revistas, es una activa agente cultural, ha participado en nuestras antologías Voces Online y publicado el libro de poemas "A veces, una voz íntima"

Tengo

Tengo los sentidos a la deriva
como un navío púrpura
surcando un horizonte infinito.
Tengo en esta piel
unos ojos sin horizonte.
Y en mis dedos
la palabra muerta.

Estoy abierta al universo
mientras palpita la tierra
en mi vientre

A Veces…( I )

Se me cae el cielo en estos ojos despiertos que sostienen mi cara y quedo toda luz,
todo silencio…, silencio que ensordece el alma.

Y quédome allí, inerte
sin pensamientos que perturben mi tránsito,
sin palabras que construyan puentes,
sin movimiento alguno que pudiese en un acto insolente quebrar el momento.
Y SOY…,
soy hasta lo más hondo de mi estructura curva,
en la partícula más íntima de mi existencia.

Los universos se abrazan extasiados
ante mi pequeña alma púrpura.
y soy en todo y todo es en mí.

 

A Veces…(II)

… en días en que el sol está triste, esos que tienen sonrisas escarchadas, construyo un castillo de pensamientos puros, cristalinos…, de esos que me acercan a Dios y alejan la ilusión. Me vuelvo mágicamente real.
A veces, el silencio se hace tan inmenso…, que me lleno de palabras para poder respirar.

 

A Veces (III)

...la vida se va quebrando en miles de instantes, algunos tan llenos de dolor que estrangulan el aire, otros con risas almidonadas y otros…., pletóricos de inmensidad.
Esos son tan grandes..., que queman el alma, la dejan con esa totalidad donde nada puede ser roto.

A veces…(IV)

…Yace en la vera del camino el canto, la brisa y en mí arde la vida…, esa que no se ve, huele, ni sabe a hogar.
Arde como volcán, quémame con su lava, mantiéneme viva, alerta, incólume…, despierta, más despierta que el amanecer.
Esa vida infinita…, que no muere, no nace, solo arde.
Arde en mí la vida y la toco con los
finos dedos de mi alma escuálida y me quema y nadie más la ve,
solo mis ojos pueriles de mancha.

 

Me Gustaría…(I)

… que te regalaras por un día en mis silencios, romper un cajón de letras
en tus manos, reventar en tu boca…,
un poema entero.
Me gustaría, como me gustaría…,
escribir con mis dedos
partituras en tu cuerpo.

Me gustaría (II)

Perderme en el instante,
que duerma la cordura en un rincón,
y así, dejar de ser hembra para ser humanidad…

Ser lo que me mueve adentro, muy adentro.

Estar pegada en las esquinas
de cada universo que acaricio con la punta
de mis pupilas verdes,
(dejaron de ser negras cuando
comprendí que no tengo ojos)

Estar un par de siglos contando mis heridas
Ahí lejana… sin que me toque la vida,

ni la muerte,
ni el silencio.

 

Tengo

Tengo la comprensión despierta,
de cara al cielo, empinada en el deseo,
cercada por el alma.

(Las puertas que me encierran
en esta tierra desierta ya no tienen bisagras.)

Imagino

Dibujo con mis dedos, las finas líneas de tu cuerpo… e imagino cuatro senderos invitándome a tu encuentro, un juego de pinceles creando colores nuevos en tus manos, y místicos acordes brotando de tus dos luceros negros…

Esculpo con mi boca tu silueta, (se asoma una época pasada…) y tu alma y mi alma…,
tan viejas como el cielo.
Imagino…
nueve caballeros con cruces de tres manos
en su pecho, guardando el grial femenino
y todas las señales entregadas en rituales místicos..., secretos.

Siete llaves abriendo tu silueta,
doce ángeles sin cuerpo conocido
en trono dorado sentados a tu diestra.
Un querubín gritando al oído que eres mío
ordena bordar en tu pecho con mi beso,
la palabra secreta… con el nombre de seis letras

(y Será mía tu alma impura, develando los misterios del ungido)
Y en epílogo a este encuentro,
dibujo tu entrepierna con mis dedos
¡Y veo brotar una espada refulgente!

fundida en voluntad…, que por siglos yace en sueños. (Y un murmullo de silencios me dicen con voz queda...)
“Despierto no será, hasta que el hálito en ascenso
derrame en el cielo la semilla que da vida
y quite el letargo…, de un sueño prisionero”.

 

ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA ( I )

Entre el cielo y la tierra
se deshoja un manojo de esperanzas
algunas blancas con olor a ausencia,
otras rojas llenas de deseo,
y algunas tan azules que saben a muerte.

Delicados dedos blancos las separan
formando ramilletes de silencios.
(Tan dolorosos que sangran en las esquinas)

Más cerca del cielo sale el sol
y el día cae pesado en mis brazos,
lo sostengo en pausada letanía.

Mas cerca de la tierra esta tu recuerdo
palpitando en mis pupilas desgastadas,y tu…
encima de la vida me miras
y yo…
encima de la muerte te beso.

 

¿BESARTE?

Jamás me cansaría de besarte.
Que mi boca se alimente de la tuya,
de sacar el dulzor y la amargura.

Que reviente en tu boca un beso mío
que se esparza en tus labios decidido.
¿De besar esa boca, que ya es mía?
¡No preguntes si me canso, no podría!

¿Que tus besos dejen de bañarme,
que tus labios no se llenen de los míos,
que te canses vida mía de besarme,
que me canse cielo mío de rozarte?
¡No preguntes si me canso, no podría!

¿Que se apague ese fuego que se enciende
cuando prendes en mi boca un beso tuyo?
¿Que me canse de estrujar, de sembrar,
de bordar en tu boca…,cada día un beso mío?

¿Qué me canse vida mía de besarte?
No preguntes si me canso, ¡No podría!!

HEMBRA

No soy color, risa o arboleda de castaños
o clara laguna vestida de cisnes espigados,
ni mujer esbelta de suave tez rosada...

¡Soy una hembra, hembra de tierra americana!
De piel morena, de manos duras,
de esas que paren en cuclillas
vistiendo al infante con sangre.

Soy ladera, semilla inflamada
viñedo bordado en cerros empinados
ladrillo de barro negro...
río sediento de venas quebradas.
Tengo las manos grandes
Los ojos cansados
La esperanza vestida de gala.
Y en mi espalda…
comprensión a raudales.

Poema IV

Sucede que hoy, un día sin destino,
donde el sol esta recostado en mis brazos,
mis dedos se tejen en inmensas eternidades
y esta boca mía que no se cansa
de bordar secretos en la noche
esta pariendo palabras no inventadas.

El tiempo se desliza
en unas pupilas sin destino
mostrándome su grandeza,
El infinito no logra despegarse
de los momentos
y soy, soy enteramente en mi.

CANTO XII

Hay tantos puros de alma
¡¡Dios hay tantos!!
Y yo no los veía.

CANTO XIII

El otoño me mira entre los árboles,
algunos tienen sus dedos sangrando
de un rojo que quema,
otros, se yerguen para tocar a Dios
cuando eso ocurre, el tiempo se detiene.

Dime…

¿Has visto cómo…, el ave divina,
en acto de amor se inmola en tu ser?,
y aún ardiendo…, rendida…,
se postra en tu mano,
y en súplico ruego con su pico herido
doblega las alas y se yergue bendita
para amarte otra vez?

¿Has sentido…, que gime en tus dedos
un fuego sagrado, (¡Ríos de vida!),
que te quema toda cuando bordas su piel?
¿Y ese dolor…, de volver a nacer
con el pecho abierto, con el alma nívea,
que solo se calma cuando eres en él?

Has tocado…, ojos tan dulces,
insondable tesoro, que aspiran el néctar,
(sangre de cristo, regada en nosotros),
cuando yace en la cima
y con lanza empuñada
te une a su ser?

 

Por Una Vez

Por una vez quiero, que me digas al oído,
un montón de palabras, palabras sueltas,
sin pretensión ni tiempo, por ejemplo,
¡Por Dios que eres bella!
Aunque parezca un pájaro triste
sin plumas doradas ni alas erguidas
en mi pecho calvo.

Que me abrigues la espalda
cuando la sonrisa este en su tarde.
Que me mires con ternura
solo porque son las seis
o es lunes o martes…

Por una vez, ¡solo una vez quiero!,
que recites en mi oído cuando esté vagando
por algún universo distante, u orquestando con el cielo partituras celestiales,
que soy en ti ...,como la libélula blanca.

Quisiera que… cuando hablo con Dios
a hurtadillas, en silencio…, queda de palabras,
o cuando escribo sueños rotos
en un papel cansado, que te acerques despacio,
me mires con dulzura y me digas despacito,
Amor, a pesar del tiempo, ¡¡Cuánto te amo!!!

¿Si te amo?

¿Me preguntas si te amo?
Me ruborizo de pensar en la forma en que te amo,
me avergüenzo de los pensamientos
que lascivos se pasean por mi mente,
¿y tu me preguntas si te amo?

¡Hay Dios! Más que el tiempo
y que la esencia …,
más aún que la distancia que me aleja,
más que todas las muertes
que nos llevan la ventaja,
más mucho más que mil vidas y vivencias
¡¡Yo te amo...!!

Amarte más no puedo, no me cabe más amor del que me mueve.
Me diluyo, me disuelvo entre tus manos,
se me hace espanto lo espantable al no tenerte.

Tanto duele el amarte de la forma en que te amo,
que al no estar ... más quisiera yo la muerte.

De silencios me alimento al no tenerte…
se laceran mis muñecas de tanto dibujarte,

se me arranca el juicio, lo coherente de la idea,
lo poco de cordura, se me arranca...
Si quisiera ser en ti…, racimo de uva fresca,
reventar gajo a gajo en tu boca,
dando paso a torrentes de licores embriagantes.

Esparcirme, diluirme, perderme en la textura
de tu lengua, desaparecer en cada corte agudo
de tu cuerpo.
Que daría, que daría... por ser agua, néctar,
almíbar de tus ojos, de tus labios... alimento.

Perderme en tí en los silencios más morbosos
de tu mente, perderme..., perderme por siglos,
por eones, ¡perderme hasta el fin de los tiempos!

¿Celos?, ¿Si tengo celos?
Tengo celos de todo lo que tocas,
del bello que te cubre, de la piel que te sostiene,
del grito de tu boca, del manjar de tu entrepierna,
del liquido que derramas por cada poro de tu cuerpo.
Por las lágrimas que lloras y las que guardas egoísta, gotas que caen sin control por ese rostro
que es más mío por amarlo, que tuyo por tenerlo.Me avergüenzo de tener celos
de la sabana que te cubre cada noche,
de todo tengo celos... del calor que brota
de tus manos, de lo mirado por tus ojos,
de lo tocado por tus dedos, del silencio que acaricia tu mente…

¿Que se apague el universo?,
¿Que el mundo entero se desplome
cuando a tu encuentro me abandone?
¡Que los mares me coman con sus fauces!
¿Que me importa, si te tengo?¡Hay amor!, ¿Y tu me preguntas si te amo?
¡Ya no cabe más amor en este cuerpo!

 

¿Quien Diría?

El solo imaginar que a tu boca yo me pego,
de rojo carmesí mis labios tornan,
se me enciende en los ojos este brillo
que no hubiese en esta vida yo diría
quién apague o atenúe este delirio.

Quién pensara que al estar entre tus redes
se me sube una cimiente por las sienes
que adormece, conmociona, que sublima,
que aglutina esta alma que no es mía
del momento en que me tocas, ¿quién diría?

Me sumerjo por el cálido recinto
que demarcan las estancias de los ríos.
Beso el agua, beso el canto, beso el tallo
de las flores que alimentan el prefacio,
donde llego cual jacinto florecido.

Y termino rozagante ¡Un capullo!
en los ríos y caudales que el instinto,
con repiques de campana en mis oídos,
me ha llevado por tus íntimos distritos.

Quien dijera que el tenerte a mi pegado,
que el sentir tu desnudez junto a la mía
me surgiere este temblor por todo el cuerpo,
que me grita que me riegue en tus latidos.

Quién diría que este amor que ya no es mío
me trastorna de la forma en que lo hace
Quién dijese que provoques todo eso,
con tan solo yo pensarte, ¡quien diría!