Una
historia de amor en el Chile de 1890, de Bernardita Moena |
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por Adriana Lassel
Bernardita Moena es conocida en el Club de Escritores.cl por sus muchos aportes literarios como poemas, cuentos y novelas. Autora de “Poemas de una vida” y de la novela “El Jardín de mi niñez”, publicados por Editorial escritores.cl, se caracteriza por un estilo sencillo, y una enorme sensibilidad lo que la acerca a la tendencia de la literatura romántica. Su última publicación “Una historia de amor en el Chile de 1890” revela, además a una autora preocupada por llevar a cabo un serio trabajo de documentación sobre la historia de Chile para dar a su novela el fondo histórico correspondiente al período del gobierno de José Manuel Balmaceda. La historia interesa desde el comienzo por su narración ágil y el ambiente decimonónico bien descrito. A través del narrador en 3ª. persona conocemos a personajes cuyos comportamientos y psicología son una pintura de la sociedad tradicional chilena de esa época, tan diferente de nuestros días. Pongamos por ejemplo el autoritarismo del padre de la familia Cienfuegos, el parlamentario y opositor a Balmaceda, Alamiro Cienfuegos o las relaciones formales entre jóvenes de distinto sexo, sin olvidar la gran inferioridad de la mujer frente al hombre, sea en el interior del hogar como en la vida pública. Los capítulos son cortos, con una voluntad notoria de terminar en suspenso, cosa que lo logra. No olvidemos que esta novela apareció primero por entregas, a través de muchas secuencias que la autora iba publicando, acompañadas de fotos, en su blog del Club de escritores, para el regalo y contento de los fieles lectores que la seguían. Los
diálogos son ágiles y el lenguaje adecuado a los personajes, donde
resalta el sabor del habla popular de los criados. Con respecto al
lenguaje debemos, sin embargo, anotar algunas fallas como ciertos
errores de sintaxis que entorpecen la comprensión de la frase y a
nivel semántico nos parece que la palabra “nana, nanita”, muy usual
en los diálogos de la novela, no tenía en el siglo XlX la significación
actual de empleada doméstica o niñera. |
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