Semblanza de Renato Martínez

 

por Nicolás Mareshall

 Rasgos biográficos

Renato Martínez nació en Santiago, Chile, el año 1943, lugar que tuvo siempre presente, y al cual el poeta regresara de todos los “exilios”, aunque alguna vez escribiera los versos, “Nunca volveré a Santiago”. Dedicó la primera parte de su vida a las ciencias biológicas. Recibió el título de médico veterinario de la Universidad de Chile en 1966, y trabajó en el Instituto de Salud Pública hasta 1977. Ese año decidió trasladarse a los Estados Unidos donde estudió Literatura hispanoamericana contemporánea en la Universidad Estatal de San, Diego, y obtuvo su doctorado el año 1985.Después se trasladó a Mount Vernon, estado de Iowa, impartiendo clases de literatura y cultura hispanoamericana en Cornell College hasta 1999, año en que se muda a Fresno, California, para integrarse al Departamento de Idiomas del Colegio Comunitario de Fresno (FCC). Problemas respiratorios hicieron insufribles sus últimos días, y el poeta fallece el 10 de mayo del año 2019.

El poeta

Renato Martínez se encuentra con la poesía, como dijera el poeta Oscar Haan, “[…] gracias a un soplo del espíritu que animó la llama de su imaginación”. Vivió unos años en Iowa City, ciudad del Midwest norteamericano, famosa por ser la sede de la Universidad de Iowa, en cuyo seno, según palabras del mismo Oscar Haan, “se inventó” el concepto de “taller literario”, mucho antes de que se extendiera por diversas latitudes. Este ambiente propicia la creación literaria de Renato Martínez, quien, en su paso por Iowa tuvo la fortuna de compartir y disfrutar la compañía de José Donoso, Alberto Fuguet, Oscar Haan, entre otros, todos ya reconocidos personajes de la literatura chilena y del mundo literario. Para entonces ya había escrito su primer libro de crítica literaria: “Para una relectura del boom: Populismo y otredad” (1990). Sin embargo, la influencia “iwowense” ve el nacer poético de Renato quien con un lenguaje sencillo, emotivo y humano publica “Estaciones” (1997), poemas que en esencia muestran el dolor que le provoca la irremediable distancia con aquellos seres, lugares, y otras alegrías para siempre perdidas en el tiempo, “no existe el regreso/sólo cambio de morada” así comienza su poemario, dejando escapar los sollozos de su alma que irremediablemente cambia de estación, sollozos compartidos por quienes hemos tenido que dejar al primer amor esperándonos en el patio de la infancia.

La alegría de aquella armonía fraternal, cultural y literaria se ve interrumpida por temas de trabajo, y Renato se traslada a Fresno, California el año 1999, ciudad que está en el corazón del Valle Central de California, a los pies del imponente Parque Nacional Yosemite. De pronto su entorno social, cultural y espiritual se ve rodeado por viñedos, campos de algodón, de almendros, naranjos, lo cual le resultaba, comparado con Iowa, “otro mundo”; sin embargo, Fresno es “El corazón de la poesía estadounidense” según las palabras del primer poeta laureado mexicoamericano, Juan Felipe Herrera, oriundo del Valle Central.Sus años en Fresno orientaron su poesía a la nostalgia, y acaso una concepción fatalista de la existencia, como se aprecia en, “Nocturno”, “Desencuentros”, “Último viaje” poemas de su último poemario, “Casa en invierno” (2019). En esta casa habitan encuentros y desencantos, versos que muestran con minucioso rigor las huellas de un tardío tormento existencial. A grandes rasgos, su obra poética desnuda el dolor de ver las horas idas en la estación del exilio, busca explicarse ciertos desconsuelos, como aquellos provocados por las dictaduras del Sur, especialmente la suya, y asimismo iluminar la soledad y el abandono de los huérfanos de patria. Su poesía estuvo siempre atenta a las realidades sociales—ampliando y profundizando—los temas humanos actuales de un mundo cada vez más egoísta y ensimismado como se aprecia en sus últimos poemas, entre otros, “Homeless”, “Gaviotas”, “Ecce homo”. (Casa en invierno). Leer a Renato Martínez es leer el corazón del peregrino, andar sus pasos, y ver las huellas del camino. Finalmente, Renato “[…] ensayó exteriorizar, por medio de palabras, aquello que ya latía en su interior” Oscar Haan. (Prólogo de “Estaciones” 1996).

El hombre

Renato era un hombre cordial, enteramente, afectuoso, un caballero. Era un conversador, tranquilo, se paseaba con su habitual carpeta bajo el brazo con poemas, lecciones, o alguna lectura para compartir. Su apariencia era la de un juez de paz, pero nunca hubo paz dentro de su alma. En sus horas libres el poeta pintaba cuadros, atendía con afanosa diligencia su jardín de Bonsáis, o se refugiaba en paraísos artificiales: lecturas, cine, música, y a veces compartía con amigos chilenos del exilio en cafetines de la ciudad. Escribir fue su felicidad—una pasión febril e indeclinable—aquello que lo obligaba a retornar una y otra vez a su territorio mítico, a soñar despierto los relatos de desaliento, y de fracaso de gente de la ciudad, especialmente de aquellos inmigrantes, peregrinos sin hogar que vio transitar por las calles en estados de insomnio. Sin embargo, más allá del destierro, desconsuelos, y cansancio cotidiano siguió reinventándose poéticamente hasta el último de sus días, y no pudo la triste y fría existencia silenciar el canto de su corazón.

Reconocimientos

Renato Martínez recibió el Premio Consejo Nacional del libro y la lectura, el año 1996, el mismo año recibe el primer premio de poesía, Ricardo Yamal (Grupo Chile Humanidades). A semanas de su fallecimiento, su poemario “Casa en invierno” resultó finalista en el Concurso Literario Gonzalo Rojas, en el cual participara con el seudónimo de Javier Moldau.Por su parte, la ciudad de Fresno, y el Valle Central de California, lo recordaran por su aporte a la cultura en diversos foros educativos, la creación y coordinación de talleres literarios en la Universidad Estatal de Fresno, y en Colegios comunitarios;pero más aún, por ser una llamarada de inspiración y motivación para jóvenes de habla hispana, igualmente para la comunidad chilena en el exilio, que vio en él un ejemplodevoluntad heroica, una luz a seguir, a un ser humano de profunda existencia.

Libros publicados

“Para una relectura del boom: Populismo y otredad” (Ed. Pliegos, España. 1990).

“Estaciones” (Ed. LOM. 1996)

“Caminos” (Ed. Escritores.cl. 2010)

 

 

 

 
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