Daniel Riquelme Venegas

 


Por Bernardita Moena

El otro día revisando mis queridos libros antiguos, me encontré con una Antología de cuentos hispano americanos, editada el año 1970, con seis nuevas ediciones, la última en 1984.
El primer cuento era de un chileno, me llamó mucho la atención porque reconozco que nunca había oído hablar de este autor, porque es muy poco mencionado. Para recordarlo decidí escribir de él, ya que no pocos méritos se le adjudican.
Se trata de Daniel Riquelme Venegas, nacido en Santiago en 1854, y muerto en Lausanne (Suiza) adonde viajó para buscar mejoría para su enfermedad pulmonar, muy común en ese entonces, la tuberculosis. Pero no logró sanar y falleció allí.
Riquelme tiene el mérito de ser el primer cuentista nacional, a pesar que la crítica presenta a Jotabeche y a Alfonso Valderrama, como los primeros cultivadores de este género, no deja de reconocer que sus obras más bien, pertenecen al artículo de costumbres.
Riquelme en cambio se hace cargo de la real estructura del cuento, usando además los modos y costumbres típicos en sus descripciones, pero subordinados a la narrativa.
Pertenece a la primera generación que sostiene el período naturalista y para ello se refiere a los tipos del bajo pueblo.
En 1883 a los 26 años, empezó a publicar sus crónicas de guerra, chascarros y anécdotas, en tono humorístico en el diario “La Libertad”, que luego se fundieron en la obra que lo haría famoso: “ Bajo la tienda”, donde por primera vez va a tener éxito en nuestras letras: el roto.
En aquel tiempo se negaba a los sujetos más simples y desposeídos, la posibilidad de sentir, imaginar, pensar, como lo hacían, los príncipes, los cortesanos, únicos personajes de la moral bizantina (siglos III al XVI) o la alta burguesía (siglos XVII y XIX) que componían los personajes de estas lecturas.
Con el naturalismo todo cambió, para Goncourt y Zolá el tema del pueblo se trató con dignidad.
Por eso entendemos la tentativa de Riquelme, que no solo introdujo un tipo desconocido hasta este momento en la Literatura chilena, sino que también un nuevo modo de tratarlo.
Fue hijo de José Riquelme Oróstegui, el primer taquígrafo que hubo en Chile y de Bruna Venegas García, profesora de música. Estudió en el Instituto Nacional de Santiago, de donde se retiró cuando murió su padre. Era hermano menor del héroe del Combate de Iquique Ernesto Riquelme, que dio el último cañonazo cuando se hundía “La Esmeralda”.
En 1879 cuando se inició la guerra del Pacífico se puso el seudónimo de Inocencio Conchalí, enrolándose como corresponsal de guerra del diario “El Heraldo” de Valparaíso. Aquí conoció otro tipo de hombres con los cuales no había tenido contacto a fondo, como ahora.
De ahí salió su obra “Bajo la tienda” compilación de sus artículos en el diario “La Libertad”
En sus crónicas de la ciudad escribió sobre la bohemia santiaguina del 1900. En sus escritos dio lugar a las primeras metáforas y dichos del saber criollo contribuyendo a la prosa del siglo XIX que sirvió a escritores como Baldomero Lillo y Olegario Lazo.
Para conocer uno de sus cuentos hé aquí “El perro del regimiento” que forma parte de su recopilación en “Bajo la tienda”

Obra:
• Chascarrillos militares
• Bajo la tienda
• El cruce
• La revolución del 20 de Abril de 1851
• Los pastitos
• El incendio de la Iglesia de la Compañía
• Romances santiaguinos
• Compendio de historia de Chile
• El terremoto del Señor de Mayo

 

 
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