Angel Parra


por Adriana Lassel

 

Eran los tiempos en que el himno « Venceremos » producía entusiasmo y esperanza: “Porque esta vez no se trata/de cambiar un presidente/será el pueblo que construya un Chile bien diferente”. En aquellos años se impuso en la nueva canción chilena la voz de Angel Parra, el hijo de Violeta, nacido en Valparaíso y que con su hermana Isabel formará un armónico dúo y crearán la “Peña de los Parra”. No era extraño que alguien te invitara, un sábado por la tarde, a escuchar música folclórica y también, de acuerdo al ambiente de efervescencia política que existía, música de protesta. Victor Jara a la guitarra cantaría “Te recuerdo, Amanda”, en homenaje a esa pareja de obreros, ella, corriendo a la fábrica para encontrarse, el tiempo de cinco minutos, con Manuel, su amado. Estaban, también, Rolando Alarcón y Patricio Manns, pero de todos yo prefería a Angel Parra que, con convicción en las palabras y fuerza en su hermosa voz anunciaba “Porque mañana se abrirán las alamedas”.

Pero la esperanza fue aplastada y un golpe de estado en 1973 dio fin al gobierno de Salvador Allende. Angel Parra fue detenido y llevado al Estadio Nacional. Tiempo después partirá al exilio y hoy se encuentra viviendo en Francia. Además de su obra musical es autor de varios libros (1). El último de ellos se llama “Bienvenido al paraíso”, recientemente aparecido en Paris con el título de “Bienvenue au Paradis” (Metailié, 2015).

El tema del libro es el retorno, asunto literario estrechamente ligado a la emigración y al exilio. La acción de las novelas o relatos con este tema se desarrolla, generalmente, al empezar el regreso, pero con abundantes “retour en arrière” al tiempo anterior a la partida y a la permanencia en el país extranjero. No hay, pues, una estructura desarrollada en forma cronológica. Esta categoría de novelas, escritas en primera persona, es la mayoría de las veces autobiográfica, rica en referencias al país de origen y al país de acogida. Es el caso de Angel Parra que deja en este libro jirones de su propia historia.

El retorno es la llegada a un país que solo existe en la memoria, retorno a un tiempo vivido, a un tiempo pasado. El choque con la realidad presente y la nostalgia del pasado dan a esta tendencia literaria una profunda carga emotiva.

Andrés, el personaje de “Bienvenido al paraíso” vuelve a su país después de treinta años de exilio y a causa de una ruptura con su compañera francesa. Regreso, pues, algo inesperado que rompe el ritmo de su vida. En sus primeros años de exilio, al no poder volver a Chile porque tenía la letra L en su pasaporte, había buscado integrarse, en cierto modo, al país que lo recibía y beneficiar del estatuto de “exiliado chileno” que producía una gran atracción en el imaginario sexual de las francesas y que estaba entonces a la moda. Pero, desde el fondo del exiliado, cuando se sentaba en la terraza de un bar parisino y veía pasar a la gente, surgían a su memoria los compañeros muertos, aquellos desaparecidos en la flor de la edad, asesinados por sus ideales: “¿Dónde están?” se pregunta el autor-protagonista. La densidad de estas páginas en que se recuerda a los que ya no están, alterna con el humor de escenas caricaturales que vive el retornado como aquella ocasión del almuerzo que le ofrece la tía Ernestina, que ha invitado a sus primos. Todos le dicen que no ha cambiado, que es como Dorian Grey, “fórmulas dignas de funcionarios de Relaciones Exteriores para adornar el preámbulo a la comida de bienvenida”, piensa Andrés. En la artificial alegría de la conversación, Andrés se da cuenta que hasta en el lenguaje pertenece al pasado, porque ya ninguna de los comensales utilizaría las expresiones que él tiene en la punta de la lengua y que ahora se habla con dichos ridículos como llamar a una señora “dama” o “mi reina”.

A través de la mirada del retornado el autor nos ofrece una serie de reflexiones sobre la naturaleza del chileno, sobre la mujer chilena, sobre lugares típicos como el Mercado Central a donde es tan agradable hoy ir a comer y a donde iban, después del Golpe, las mujeres cuyos hijos o maridos estaban prisioneros, a pedir a los vendedores lo necesario para un plato caliente.

Bajo la dura mirada analítica del protagonista que censura el esnobismo de la nueva clase media, Angel Parra se duele de las agresiones a lo típico chileno ocasionadas por la famosa Alianza para el Progreso y por los actuales tiempos de mundialización. Los artesanos de Pomaire hoy día fabrican personajes de Walt Disney y el chileno medio sueña con vivir en Miami, comprueba el protagonista-autor. Hay en el país un ambiente general de encierro, no se conversa, no se analiza, no se busca conocer el reciente pasado, peor aún, se rechaza conocer ese pasado: “-Esos comunistas de mierda cuentan siempre la misma historia: el pasado, el pasado y los muertos y desaparecidos ¡Hasta cuando los vamos a soportar!”

El retornado comprueba que falta oxígeno, falta aire fresco. El “Chile bien diferente” del himno Venceremos no es el que se soñaba.

Por este tema del retorno Angel Parra fue invitado a un Encuentro literario a celebrarse en Julio 2015 en Argel, Argelia, dentro del marco del Festival del Libro. Razones de salud le impidieron responder a esta invitación. Representarán a Chile los escritores Ernesto Langer y Adriana Lassel.

(1)Obras de Angel Parra:
-« Dos palomitas et autres mélodies”, Mille et une Nuits, 2004
-« Mains sur la nuque »,Métailié, 2007
-« Violeta Parra, ma mère » Ecriture, 2011

 

 
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