YAMASAKI
SOKAN (1465-1553)
Mudas
Las garzas trazarían en el cielo
Una línea de nieve
Al mismo
tiempo
Cuando mi padre estaba muriendo
Me tiraba pedos
ARAKIDA MORIKATE (1473-1549)
Esta mañana
de Año Nuevo
Pienso además
En la edad de los dioses
Frente
a los acantilados
Los sauces reverdecidos
Son las cejas
Una flor
cae
y sube a su rama.
¡No¡ Era una mariposa
MATSUE SHIGEYONI (Ishu). (1596-1670)
En las
altas hierbas del verano
Solos avanzan
Los bastones de los peregrinos
SAMBOKU (Siglo XVII)
Como la
mano derecha
De la partera
Las hojas del arce en otoño*
* En el
único poema que nos quedó de Samboku.. El color rojizo
de “Las hojas del arce en otoño” y el de “La
mano de la
partera”, el rojo sanguíneo de la vida.
YASUHARA TEISHITSU (1609-1673)
La luna
a media noche
como un trozo
de fresco
KITAMUR KIGIN (1624-1705)
Es la
pobreza del verano.
Responde ella
antes de estallar en lágrimas
IHARA SAIKAKU (1642-1693)
Sobre
la llanura ahora árida
Un cepillo de mujer
Del tiempo de hierbas en flor
Cambio
de vestimenta.
La primavera desapareció
en el gran baúl*
* El primer
día del cuarto mes del calendario lunar, se sacan
las vestimentas de verano.
YAMAGUCHI SODO (1642 – 1716)
Después
de haber contemplado la luna
Mi sombra me acompaña
De regreso a la casa
La mañana
después de la tormenta.
Sólo los melones
no se interesan por lo ocurrido
MATSUO BASHO (1644– 1694)
Fundador de la escuela “Shofu”.
Rescata el haiku del círculo humorístico
y lo amplifica de nuevos valores estéticos
y humanos.
Fin de
año.
¡Siempre el mismo sombrero
y las mismas sandalias de paja!
Ramas
de lirio
aferradas a mis pies.
¡Cordones para mis sandalias!
Los botones
del sauce se abren
El maestro y yo
Escuchamos la campana
Devuelve
al sauce
Todo el fastidio
y todo lo que desea tu corazón
¿Es
primavera?
La colina sin nombre
se perdió en la neblina
A la primavera
que pasa
las aves cantan
y son lágrimas los ojos de los peces
Sobre
este puente colgante
nuestras vidas se enroscan
en las ramas de la yedra
Una noche
de primavera.
En la sombra del templo
un misterioso hombre suplicando
Una noche
en el templo
La luna
En lo más claro de mi rostro
El sol
se levanta
Sobre el sendero a la montaña
Al perfume de los ciruelos *
* Cada
año se celebra la fiesta del ciruelo en flor.
Bajo las
flores de un mundo efímero.
Con mi arroz entero
y mi sake blanco *
* El “mundo
efímero o liviano” por “uki-yoi”, término
de origen budista que sugiere lo pasajero de este mundo.
El “haijin” nos propone la simpleza. El arroz y su bebida
Sake:Licor del Japón.
Los pétalos
de la rosa amarilla
¿Tiemblan y caen
al ruido de los torrentes de agua?
¿De
qué árbol en flor?
No sé
¡Pero qué perfume!
La gente
de ahora
no se interesa por las flores del castaño
que están en el techo
La campana
para de sonar.
El eco de las flores
perfuma la noche
En las
flores silvestres de verano
Se estremece aún
El sueño de gloria de los guerreros
En néctar
de orquídeas
la mariposa
perfuma sus alas
Ante la
enredadera en flor
Comimos nosotros
Que somos simples hombres
Ruido
de alguien
sonándose con los dedos.
Los ciruelos en su estallido
¡Crueldad
animal!
Bajo la pezuña
un saltamontes
Al frescor
me acomodo
y duermo
Las noches
de verano.
El ruido de mis zoclos
hacen vibrar el silencio
En la
lluvia de verano
se acortan
las patas de la garza
En medio
del llano
Canta la alondra
Libre de todo
Este día
tan largo.
Aún muy corto
para el canto de la alondra
A cada
soplo del viento
La mariposa
Cambia de lugar en el sauce
Ante un
florero lleno de azaleas
Una mujer
Desmenuzando bacalao seco
En el
viejo estanque
la rana se zambulle
y el ruido del agua
En la
rama descascarada
Los atardeceres del otoño
Un cuervo se posa
Antes
de tragarla
El agua de la vertiente
Hizo crujir mis dientes
Helando
mi vientre
los remos golpean las olas.
Noche de lágrimas.
Ah hototogisu
¡Agranda aún más
mi soledad!
Cuando
desaparece
el hototogisu.
Una Isla
De la
escarcha
No olvides jamás
El gusto a soledad
En la
primera nieve.
Las flores de los narcisos
casi no se doblan
Completamente
mojadas
Inclinadas
Las peonías bajo la lluvia
En el
agua y la lluvia
El nenúfar
Y sus dos flores erguidas
Suave
brisa.
La sombra de la glicina
apenas tiembla
Albergue
pobre.
Los gemidos del perro
en la lluvia nocturna
A los
que contemplan la luna
Las nubes
Aveces ofrecen una pausa
Antes
que corten los juncos
del río
contempla la luna
Cuando
anochece en el mar
el graznido de los patos
se aclara
Estoy
en Kioto
Pero al canto del hototogisu
Soñando de Kioto
Al ardiente
sol
El río Mogami
Arrastró al mar
Salpicados
de barro
Por el rocío
Los melones parecen frescos
¡Silencio!
El canto de las cigarras
tala las rocas
Las cigarras
van a la muerte
y su canto
nada nos dice
El mismo
paisaje
Escucha el canto
Y ve la muerte de la cigarra
Pegándose
a un champiñón
La hoja
Del árbol desconocido
Ese camino
Sólo lo toma
El crepúsculo en otoño
En pleno
otoño
Mi vecino
¿Cómo vive?
En el
picante gusto del rábano
Siento
El viento otoñal
Esta puesta
del sol otoñal
Pareciera ser
El País de las sombras
La luna
llena de otoño.
Deambulé toda la noche
alrededor de la laguna
¿Con
qué tono cantarías
y qué eufórico canto arácnido
en la brisa otoñal?
Ante el
relámpago
Dichoso
El que nada sabe *
* Una
paradoja Zen dice: “El que nada sabe posee el
verdader conocimiento”. Entonces, este poema es una
modestia de cósmica altura.
Corazón
blanqueado por la lluvia.
Carcaza golpeada por el viento
Media
noche de escarcha.
Para dormir me cubro
con la manga del espantapájaros
El sonido
de la campana
Remolinea en la neblina
Al amanecer
Un día
de tranquila alegría.
El Monte Fuji empañado
por la llovizna
Más
blanco que las piedras
De la montaña rocosa
El viento de otoño
Después
del crisantemo
A parte el largo nabo
Nada
El crisantemo
blanco.
La pureza
al encuentro del ojo
Enfermo
en el viaje.
Mi sueño corta
El páramo
Desolación
invernal
En un mundo de tono uniforme
El ruido del viento
Mis lágrimas
Chisporrotean
Apagando las brazas
La tempestad
sopla
El rostro de alguien
empapado
La jarra
quebrada
por el hielo de la noche.
¡Me levanto a saltos!
¡Qué
bello!
El despreciado cuervo común
esta mañana nevada
En este
jardín
¡Un siglo
de hojas muertas!
Dios ausente
Las hojas de amontonan
Todo es abandono
Esta mañana
nevada
Incluso el caballo
Es digno de mirar
Petrificado
a caballo.
Mi sombra congelada
se arrastra y monta
La nieve
que vimos caer
¿Es otra
este año?
Ahora.
Vamos contemplar la nieve
hasta caer de cansancio!
SUJIYAMA SAMPU (1647-1732)
Rudamente
cae
Sobre los claveles
El chaparrón de verano
Mala jugada.
Mis dientes se destemplan
En el viento otoñal
Puse la
mano sobre él
pero no la recoge y pasa.
La ketmia
Tus pequeños
van a esperar
la alondra
perdida arriba en el cielo
MUKAI KYORAI (1647,51-1704)
El hombre
Que está labrando la tierra
parece inmóvil
Cohombro
de mar.
¡Tu no tienes cola,
ni cabeza!
La borrasca
no deja
la fría lluvia invernal
tocar el suelo
Los melones
tienen tanto calor
Que rodaron
Fuera de su escondite de hojas
Yo gritaba
sí
Pero a la puerta pesada de nieve
Continuaban golpeando
Sin fuerza
En la lluvia del mar
Las altas velas infladas de viento
En el
cielo
El hototogisu y la alondra
Cantan en cruz
IKENISHI GONSUI (1650-1722)
Salta
una carpa
y de nuevo el agua se calma.
El hototogisu canta
La tormenta
invernal
termina
en el ruido del mar
KOSUGI ISSHO (1652-1688)
Mis ojos
Cansados de tanto mirar
Regresan al crisantemo blanco
KONISHI RAIZAN (1653-1716)
Mil pequeños
peces blancos
Como si hirviera
El color del agua
Levantando
la cabeza
miro mi forma alargada.
Frío amargo
Completamente
sucias
las mujeres que siembran arroz.
Excepto su canto
HATTORI RANSETSU (1654-1707)
Media
noche enraizada.
El Río del Cielo
cambio de lugar
A cada
nueva flor de ciruelo
el calor
monta
Las mujeres
sin hijos
Son tiernas
Con las muñecas
Crisantemos
blancos
Crisantemos amarillos
¡Qué no existan otros nombres!
Espejo
de rosas amarillas.
El manantial dorado
En los
escenarios de las almas
También queman
Las lágrimas y el rocío*
*El mes
de agosto, período de violentas tempestades,
la fiesta dedicada a las almas de los muertos.
Ni sonrisa
Ni lágrimas
En esta ketmia
MORIKAWA KYOROKU (1656-1715)
Hijo de samurai, a los treinta años perdió gran
parte de los suyos.
La vestimenta
del muerto
Ventilan en verano
En el colgador *
* Irrumpe
la muerte en medio de una de las actividades de la
vida... “Airear la vestimenta”, luego de la estación
lluviosa
La primera
cosa
Que toca la tempestad
El espantapájaros
Cerca
de la vela
Una peonía
En silencio
A las
barandas
se estiran las sombras
de los crisantemos
Entre
las papas
Al centro de la cacerola
El claro de luna *
* Muy
luego en el tiempo, Ryokan (1758-1831), recreará el alimento,
la naturaleza y la belleza en su célebre haiku: “Viento
azul / En mi
caldo Claro / Peonías blancas”.
Un fuego
que muere
Golpea a la puerta
En medio de la noche
Yo recito
Sutras
Las prostitutas
Se desmayan
OCHI ETSUJIN (1656-1730)
En un
sueño de flores
Cubierto
¡Quisiera morir al instante!
El año
se va
y yo escondo a mi padre
los cabellos grises
UESHIMA ONITSURA (1661-1738)
A la entrada
del jardín
Florece el blanco
De una camelia*
* La camelia
es una de las flores con que se saluda los muertos.
Esas flores
de primavera
con el orificio de la campanilla al cielo
miran al horizonte
Oh que
verdes son
las ramas del sauce
en las aguas que pasan
Aquí
agua
y allá agua.
Las aguas de la primavera
Una trucha
salta
y las nubes se agitan
en el cause del torrente
Cuando
los cerezos florecen
Las aves tienen dos patas
Y los caballos cuatro
El cerezo
perdió sus flores
y vuelve la calma
en el Templo Enjoji
En la Gran Mañana
Un viento del fondo de las edades
Sopla a través de los pinos
La campana
lejana
¡Cómo oscila su pasada
en la neblina de verano!
Los esqueletos
Vestidos de seda
Contemplamos las flores
Esa montaña
lejana
A donde el calor del día
Se fue
La brisa
fresca
llena el cielo vacío
del rumor de los pinos
No hay
lugar
donde botar las aguas servidas
y el ruido de los insectos
Este día
de invierno
hace calor al sol.
Pero frío
A la primavera
las ranas croan
y en verano ladran
La alondra
se estira
y se deja caer.
Si verde es la cebada
TAKARAI KIKAKU (1661-1707)
Durante
la noche de quinta luna
Cada cierto tiempo escuchamos
Como se quiebra un bambú *
* Este
poema fue trabajado en el tiempo del calendario lunar.
Febreroes el primer me.s En el quinto mes la temporada más
caliente del año.
El mendigo
Como vestimenta de verano
Carga el cielo y la tierra
Lluvia
de verano.
Una mujer solitaria
sueña en la ventana
El ciruelo
en flor
espera su maestro
en el jardín
Picado
por pulgas.
¿Era verdad
ese sueño de arenas?
El mono
gruñe
y muestra los dientes.
La luna en lo más alto*
* El mono...el
hombre?
Un relámpago
Ayer al este
Y hoy al oeste
Cuando
pienso que es mía la nieve
Sobre el sombrero
Me parece más liviana
Despierto
de noche
El faisán dorado grita
La luna se congela
Cuando
llega el invierno
los cuervos se cuelgan
en el espantajo
Noche
de invierno.
Sin motivo
escucho a mi vecino
Fiesta
de las flores.
Acompañado de su madre
un niño ciego
¿Qué
pasa con Enjo?
Vivió y ahora está
como mar en verano
El hototogisu
canta
y en la pequeña canasta
dos o tres berenjenas
Termina
el viento
y corre el agua por el bosque.
Es el momento del canto del hototogisu
El sauce
Contempla al revés
La imagen de la garza
El murciélago
volando de sauce en sauce
en lo rojizo de la noche
NAITO JOSO (1661-1704)
Flota
A fuerza de levedad
La rana
Despierto
en medio de la noche
Mezclo mi tos
Con los gritos de los insectos
Muy lejos
en el mar
el viento verde y la niebla
¿Adónde van?
Entre
tantas flores
El pájaro carpintero buscando
Un árbol muerto
Escarcha
y granizo
Sin fin ni fondo
La soledad
SAKAI YAMEI (1662-1713)
Al inmenso
campo
De un grito
El faisán lo devora
TACHIBANA HOKUSHI (1665-1718)
Las peonías
marchitaron
y partimos
sin pesar
Suspender
la luna en el pino
y descolgarla
para mejor contemplar
Ranas
cantoras
¡Cómo ayudándose
con sus gritos!
De pie
entregando el espíritu
el espantapájaros
El sonido
de la campana quebrada
También es cálido
Como la luna en verano
OGAWA
SHUSHIKI (1669-1725) *Mujer
Despierta
De este sueño
Veré el violeta de los iris*
*Poema
escrito poco antes de su muerte. La vida es un sueño,
la muerte una nueva y mejor vida. El color violeta representa
la juventud de la mujer.
SHIRAI
CHOSUI (1700-1769)
Si muero
en la llanura blanca
Yo también seré
Un Buda de nieve
YOKOI YAYU (1702-1783)
Estornudo
y no veo más
a la alondra
Cambio
de doméstica.
La escoba
esta colgada en otro lugar
A sus
pies
le roban sus granos
¡Qué espantajo!
CHIYO-NI (Kaga no Chiyo, 1703-1775) *Mujer
Religiosa budista
Los caballos
al galope
Huelen sus cuartillas
Un perfume de violetas
Roza
El hilo de la caña de pescar
La luna en verano
¡Luciérnagas!
En el río
las tinieblas pasan
Todo lo
que recogemos
en la playa de la marea baja.
Se mueve
El agua
se cristaliza
Las luciérnagas se apagan
Nada existe*
*Escrito
poco antes de su muerte.
En el
llano y la montaña
Todo parece inmóvil
Esta mañana nevada
Si por
las mañanas se cierran
las campanillas en flor
¡Es por el odio de los hombres!
En las
lluvias de primavera
Todo las cosas
Son más bellas
La rama
en flor del ciruelo
entrega su perfume
al que la corta
Del violeta
de las nubes
Al morado de los iris
Se dirige mi pensamiento*
* Chiyo-ni,
describe la muerte de su joven madre en el humo del
crematorio y en el color morado del iris, el reflejo de los suyos
en kimonos de verano. ¿La partida de la madre, la familia y la
continuidad de la vida?.
TAN TAIGI (1709-1771)
Cubierto
de un manto de luna
Río abajo
El ruido de la red de pescadores
A la hora
de la siesta
se detiene la mano que agitaba
el espantapájaros
Los días
tranquilos
En rápidos años
Olvidados
En su
mes.
El gato olvida el arroz
pegado en sus bigotes
En un
montón de basuras
Una centidonia floreció
Al final del otoño
Solo atravieso
Un frío claro de luna
Por el puente colgante
Ni una
sola piedras
Para lanzar a ese perro
Bajo la luna en invierno
Desolación
invernal
En una poza de lluvia
Los gorriones se distraen
Las barren
y abandonan
a las hojas muertas
Es el
viento de primavera.
Dicen amo y criado
caminando juntos
A lo largo
del día
Mis ojos se gastaron
Contemplando el mar
YOSA BUSON (1715,16-1783)
Pintor
Me lavo
los pies
El agua sale de la cubeta
¡Cómo la primavera!
Esta mañana
El sol salió
de la cabeza de una sardina *
La puesta
del sol en primavera
camina sobre la cola
del faisán dorado *
* En estos
dos poemas de Buson, podemos ver el tiempo en
su trabajo y el interés en marcar una diferencia...en el original
del primer haiku, el pez es un dibujo.
Noche
de primavera.
De vela en vela
transita la llama *
* ¿Reencarnación?
El mar
en primavera
Se levanta y cae
A lo largo del día
No hay
puente.
El sol se acuesta
en aguas primaverales
Van juntos
platicando
Un paraguas y un viejo abrigo
En la lluvia de primavera
Nada más
por hoy
Debemos entrar a la primavera
Nada más
Sobre
el mar
El atardecer
En la red de la neblina
El barco
coreano
Continua su ruta
Sin detenerse por la neblina
La pradera
esta nublada
Y las aguas guardan silencio.
Es el atardecer
La tranquilidad
del día.
El faisán
se posa en el puente
Al trabajo
de la tierra
Desde las alturas del templo
Viene el canto del gallo
Al trabajo
de la tierra.
El hombre que preguntó por el camino
Desapareció
Al trabajo
en el campo
La nube que nunca se movía
También fue
Al claro
de luna
El ciruelo blanco parece
Un árbol en invierno
El manto
de luna.
Una rana
perturba el agua y el cielo
El halo
de la luna.
¿No es el perfume
de la flor del ciruelo que subió hasta allá?
En cada
pétalo que cae
Las ramas del ciruelo
Envejecen
Murió
el ciruelo y sus flores
¡El sauce
en su soledad!
Sobre
el excremento del caballo
Las flores que cayeron del ciruelo rojo
Parecen besarse
Iba yo
a los cerezos en flor
Dormía bajo ellos
Así era mi pasatiempo
Caen las
flores del cerezo
y entre las ramas
aparece un templo
En las
tardías flores del cerezo
Duda
La primavera que termina
La mariposa
confiada
duerme
en la campana del templo
Parece
indefensa
Cuando nada
La rana
Un volantín
En el mismo lugar
En el mismo cielo
Las ocas
emigran.
Delante de la casa
el campo de arroz parece volar
Barriendo
hojas dispersas
En el cortejo fúnebre
Se va la primavera
Esta mañana
vemos la brisa
soplar los bellos
en la oruga
En noches
breves
la aterciopelada oruga
detiene las perlas del rocío *
Desde
el fondo
de las noches breves
surge el río Ôi *
En noches
breves.
La baba de los cangrejos
espuma entre las cañas *
* Noche
breve. ¿Noche de verano?
Noche
corta.
En las afuera de un villorrio
un comercio esta abierto *
* Noche
corta. ¿Noche de verano y bohemia?
La borrasca.
Los papeles en blanco del escritorio
volaron todos
El sonido
de la campana
Cuando sale de ella
Frescura en verano
En la
niebla del verano.
El vuelo blanco de un insecto
de nombre desconocido
El bosque
en verano
Ninguna hoja se mueve
Así asusta
Con las
lluvias del verano.
El agua estancada y el río
se juntan
Aguacero
de verano.
Los gorriones de la aldea
se agarran de las hierbas
¡Un
relámpago por la mañana¡
El ruido del rocío
corre entre los bambúes
Ese vivo
frío bajo mi pie
En la alcoba
La peineta de mi esposa muerta
En las
orejas de mi avanzada edad
Las lluvias del verano
Desaguan por las canaletas
En las
hierbas nueva
El sauce
Olvida sus raíces
Es un
placer
Atravesar el río en verano
Con las sandalias en la mano
Caminando
el extenso páramo
Las nubes altas
Pesan sobre mí
El sol
centellea
Sobre las piedras
Del páramo reseco
La más
lejana luna.
Atravieso
un barrio pobre
Está
pasmada
de pobreza
esta mañana de otoño
Es otoño
en los senderos.
Alguien viene por el páramo
Detrás de mí
Bajando
los campos sembrados
Saturándolos
El agua en otoño
Bajo la
lluvia otoñal
Caminar por plantaciones
Sumergidas
Al agua
arrasa
y es como de noche
en cada terreno cultivado
Qué
hermoso
después de la tormenta otoñal
el pimiento rojo
Atardecer
otoñal.
La soledad también
es bienestar
Pasando
el portal
Soy el hombre que camina
Por el atardecer del otoño
Para el
que parte
Para el que se queda
Dos otoños
Durante
la siega de otoño
Muy triste
El rostro de la loca
Tan profunda
Esa prostituta
Color abismo
El dedo
herido
Del albañil
Al rojo vivo de la azalea
¡Canta
el hototogisu
que no tiene padres
ni hijos!
La tos
ronca
del abad.
El canto del hototogisu
Bajo la
brisa del atardecer
El agua chapotea
En las patas de la garza
Un caracol
Un cuerno corto y el otro largo.
¿Cuál es el problema?
Ella se
abre
y despide un arco iris
la peonía
La pesada
carreta retumba
Cuando pasa
La peonía se estremece
En cien
lugares a la redonda
Las peonías crecen
Y las nubes de lluvia
Después
de cortar la peonía
Me sentí disminuido
Esa noche
En el
viejo pozo
un pez traga un mosquito.
El agua hace un ruido negro
Ella cae
La flor de la camelia
A lo más negro del viejo pozo
Un ave
grita
El ruido del agua oscurece
Alrededor de la trampa
Piensa
en decapitar
los lotos blancos.
El honorable bonzo
El faisán
dorado sobre la rama
Descansa
De una pata a la otra larga es la noche
Cae la
luna
sobre cuatro o cinco personas
bailando
Tres veces
se levanta
y es todo
grito del venado
Sobre
la imagen santa
Se permite un excremento
La golondrina
Roció
blanco en la zarza.
Una gota
sobre cada espina
Después
de la cosecha de arroz
El espantapájaros
No es el mismo
El capataz
se informa del espantapájaros
y regresa
El viento
de otoño
sacude al espantapájaros
y pasa
Recogiendo
champiñones.
Levanto la cabeza
y la luna ya está en la cúspide
El criado
Abandona un cachorro
Bajo la luna llena
Juntamos
los huesos
del muerto.
Las violetas se compadecen *
* Después
de la incineración, se recogían con palos
los huesos que no se consumían y los enterraban en
pequeñas urnas.
Muy helado
el soplo
de la campana.
¡Cuándo sale de la campana!
En la
profundidad del bosque
el pájaro carpintero
y el golpe del hacha
Pasan
y no entran
Las hojas del otoño
Al templo de Fujisawa
La orquídea
de noche
Esconde
En su perfume el blanco de su flor
Ante el
crisantemo blanco
Las tijeras
Dudan un instante
Cultivador
de crisantemos.
De ellos
eres un esclavo
La luna
pasa al oeste.
La sombra de las flores
se estira al este
Sopladas
por el viento del oeste.
Las hojas muertas se agrupan
al este
Cuando
sopla el viento norte.
Las hojas muertas se fraternizan
al sur
La montaña
oscurece
y asume la púrpura magnificencia
de las hojas en otoño
Las noches
de los hombres de antes
Fueron iguales a las mías
Esta noche de lluvia fría
La lluvia
en invierno
Muestra lo que los ojos ven
Como si fuera cosa antigua
Paro la
borrasca.
Un ratón
atraviesa la corriente
¡Fría
es la noche!
A la cubeta de agua
cae una rata
Un ratón
raspa
un plato
¡Ruido frió!
En noches
frías
mis huesos sienten las mantas
y golpean la colcha
El abad
y cómo deposita su abono
en el llano sin cultivar
Encuentro
de un monje
sobre el puente.
La lluvia de invierno
Por el
río en invierno
Flotan a la deriva
Las ofrendas florales del Buda
Ruido
de serrucho
Esta media noche de invierno
Ruido de pobreza
Puse el
calentador
en mi pecho.
Pero mi corazón estaba lejos
Un fuego
moribundo.
Pero súbitamente la cacerola
se pone a hervir
Con un
palo
Golpeo el pincel congelado
Por la noche
Aún
más conmovedoras
A la luz de linternas
Las oraciones en noches frías
En la
nieve
Las luces de la hilera de casas
Que me cerraron la puerta
El viejo
calendario
me llena de obsequios.
¡Cómo un Sutra!
Esta noche
oscura
La cubierta del calendario
llega a su fin
Un hachazo
en bosque
En invierno
Y el olor me llega
OSHIMA
RYOTA (1718-1787)
Sin palabras
la anfitriona
El invitado
y el crisantemo blanco*
* Este
gran haiku, simple y limpio, no mantiene
ninguna fuerza a la traducción. El silencio de dos más
el de la belleza. ¿La belleza no tiene más que decir o
sobrepasa la palabra?...un silencio a tres. Es en la
contemplación de la flor, que nos llega el “satori ”
o
la esencia del haiku, la iluminación.
En los
escollos del agua
la brisa azul
desparrama la luna*
* Recordemos
que con el color azul, el poeta japonés,
apunta a la belleza de la naturaleza. Ver entre muchos:
“La brisa azul de Oriente” de Aoki Getto (1879-1949)
y “El viento azul” de Ryokan (1758-1831).
Mi sombra
se pega a la muralla.
Esta noche de otoño
un grillo hace ruido
Perseguida
La luciérnaga
Se esconde en un rayo de luna
Una jaula
de luciérnagas
para el niño enfermo.
¡Qué soledad!
¿Quién
desvela allá
con la lámpara encendida?
Lluvia fría de medianoche
La luna
de esta noche
Imposible
Que sea única
Entré
ofendido y furioso.
El sauce
en el jardín
OTOMO OEMARU (1719-1805)
La bola
de nieve
al fin
es inmensa
Me dejo
rodear
Como el Buda
Por los mosquitos del equinoccio
El viento
disminuye
Las montañas se ven
Y ahora las ranas
A quien
la persigue
La luciérnaga
Ofrece su luz
Los melones.
Por ellos lo reprimí el año pasado
y hoy los ofrezco a su espíritu
YAKAKUGA RANKO (1726-1798)
Al claro
de luna
Sólo un ruido
Y la caída de las camelias blancas *
* Si las
camelias se ofrecen al difunto. En este haiku
al emboscado... ¿Las flores por esa muerte?
KUROYANAGI SHOHA (1727-1771)
A la medusa
El cohombro de mar
Confía su amargura
El niño
Pasea su perro
Bajo la luna del verano
La lluvia
nocturna
multiplicó los caracoles
bajo las bellas hojas de las aspidistras
La flor
de la camelia
Que iba a caer
Está presa en las hojas
A la puesta
del sol
La sombra del espantajo
Alcanza el camino
MIURA CHORA (1729-1780)
Del corazón
de las prostitutas
Surge
El amo del lugar
Crisantemos
blancos
y ahora alrededor de ellos
todo es gracia y belleza
Luna en
verano
¿Del otro lado del río
qué es?
Alimento
de otoño.
Por la puerta abierta
entra el sol del atardecer
Contemplando
la luna.
La miramos y se cubre
La olvidamos y se muestra
Seducida
por las flores
Fascina a la luna
La mariposa
Atraído
por el canto lejano
Del uguisu
El sol sube al horizonte
El uguisu
canta.
Fue ayer
a la misma hora
El viento
otoñal
sopla primero
las flores de la enredadera
Amaneceres
con luna.
Los chorlitos de la orilla del río
se dispersan a lo lejos
Luna fría.
El viento del río
afila las rocas
¡Espacio
por favor!
y déjeme plantar estos bambúes
al sapo
SEIFU-NI (Enomoto Seifujo) (1732-1814) *Mujer
Religiosa
Fin de
la primavera.
Entre las medicinales artemisas
las osamentas humanas
KATO GYODAI (1732-1792)
Al alba
Soplan las ballenas
Entre la espuma escarchada
Recogiendo
una violeta
El débil corazón
En primavera
El gorrión
furioso
Salta entre las flores
De la enredadera
Apagado
el altar del Buda
El cuarto pertenece
A las muñecas
Las montañas
del otoño
Aquí y allá
Humaredas se levantan
Las hojas
que caen sobre otras hojas
Y se unen.
La lluvia arrasa sobre otra lluvia
Una noche
de primavera.
Pareciera que a nadie pertenece
esa carreta abandonada
KAYA SHIRAO (1738-1791)
La libélula
roja
comienza
la estación otoñal
El arroyo
se hundió
en las hierbas
del otoño que se va
El jardín
está oscuro
y tranquila en la noche
la peonía
Insensible
A los rayos de la puesta del sol
El espantapájaros
TAKAI KITO (1741-1789)
En la
densa neblina.
¿Quién grita de la colina
a la barca?
Niebla
nocturna.
Pensando en cosas del pasado
y cómo están lejos
Sobre
el bambú que indica
La tumba del difunto
Una libélula
El pequeño
pez
Arrastrado a reculón
Al agua clara.
Cuando
nos detenemos
De noche en el camino
Mucho más fuerte cae la nieve
NATSUME SEIBI (1749-1816)
Aplastando
una mosca
¡Quisiera
matar a todas!
TAGAMI KIKUSHA-NI (1753-1826) *Mujer
Religiosa
Yo deseo
partir
Peinada de luna
Bajo el cielo errante
Tomando
el fresco sobre el puente
La luna y yo
Quedamos solas
IWAMA OTSUNI (1756-1823)
Para el
convaleciente
los crisantemos.
Huelen frío
RYOKAN (1758-1831)
Monje zen y calígrafo-escriba
Los días
de lluvia
el monje Ryokan
da penas
Surcos
de seda
en la superficie del agua.
Lluvia primaveral
El mundo
ahora
es un cerezo en flor*
* Es el
“hanami” o fiesta de la contemplación de las
flores la importancia del ahora de la tribu
En el
santuario
Sobre los pétalos de las magnolias
Las flores del cerezo
Viento
azul
En mi caldo claro
Peonías blancas *
* Al
aire libre y agradeciendo por la belleza del viento,
la flor y el simple alimento.
Sin inquietarme
En almohada de hierbas
Me ausenté
Día
tras día
cae la garúa.
La vejez me atrapa
Las plantas
de jardín
caen
y yacen como caen
En el
viento otoñal
Al recoger caquis
Mis bolas doradas se erizan
El viento
nos trae
Suficientes hojas muertas
Para hacer una fogata
Sobre
su caballo
En el viento que azota
El hombre de mirada segura
KOBAYASHI ISSA (1763 - 1827)
El humo
dibuja en este momento
el primer cielo del año
En este
primer amanecer de primavera
Incluso mi sombra
Está repleta de vigor
En el
mismo lugar se obstina
El pájaro carpintero
Al atardecer
En día
de primavera
Una sola poza
Detiene la puesta de sol
Temblando
en las flores silvestres
se va la primavera
La hierba
de las pampas cae
y el ojo puede ver
como el frío aumenta
Ondulando
serpenteando
La brisa
Viene a mí
¿La
edad de la luna?
Yo diría
más o menos trece años.
¿Sentirán
nostalgia
los días de neblina
las ninfas del cielo?
Bajo la
neblina del calor
Algunos hoyos dejados
Por el bastón que va al templo
Lluvia
de primavera
El pato renquea
En el pórtico
En la
ruta de Shinano
La montaña carga sobre mí
El calor
Ella acostó
al niño
Y lava en este momento la ropa
La luna de verano
Habiendo
cambiado de ropa
Me siento
Pero muy solo
Con alegre
canto
El ruiseñor
Llama a sus paternos
Los gorriones
Juegan a la escondida
Entre las plantas de té
Apártate
del camino
gorrión sin casta.
Pasa el caballo
Gorrión
huérfano
Ven acá
Contigo quiero jugar
Si eres
tierno con ellos
Los nuevos gorriones
Te desilusionaran
Un gorrión
cansado
En medio
De un grupo de niños
Noche
de golondrinas.
Mañana otra vez
nada mejor que hacer
Un punto
en el día
La alondra canta
Al fondo de la lluvia
Mantiene
un desafío
De miradas conmigo
La rana
Inmóvil
y serena
La rana observa
Las montañas
Mirándome
Se camufla
La rana
Puesta
del sol.
La rana también
llora
De los
arces de otoño
me acerco
y la soledad me invade
repiten.
Las ranas
alrededor de la cabaña
envejeces. Tu envejeces
La vejez
También al cortar un ramo de flor
Una mueca en la boca
Cuando
envejecemos
La larga presencia del día
Es también motivo de llanto
Esta mañana
es otoño
Al decir estas palabras
Siento como envejezco
Frente
al espantapájaros
A edad avanzada
Tengo vergüenza de mí
Al otoño
de mi vida
La luna no tiene manchas
Y sin embargo *
* La luna
es un espejo sin manchas. ¿La conciencia?
Allá
Simplemente
Bajo la nieve que cae
De la
mala hierba
¡Qué mariposa
nació!
Cubierto
de mariposas
El árbol muerto
Florece
Mariposa
que revoloteas.
Como tú siento
que soy una criatura de polvo
También
entre los insectos
hay los de diestro canto.
Otros no
Canto
de insectos.
Un hoyo en la muralla
ayer desapercibido
Bajo las
flores del cerezo
Pulula y hormiguea
La humanidad *
A la sombra
de las flores del cerezo.
No son
Más extranjeros *
* Es la
fiesta anual del cerezo o la contemplación de las flores...
“hanami ”. Todos son invitados al tradicional lazo entre
el
mundo de guerreros y el de las flores
Esas flores
de cerezo
Que tanto me embelesaron
Desaparecieron de la tierra
Un mundo
de gran dolor y tristeza.
A pesar
de los cerezos en flor
Entre
las flores del ciruelo
El uguisu
Limpia sus patas
Cuando
florece el ciruelo
Yo esparzo sardinas
En la tumba de mi gato
Crisantemo
en flor
Baila también en el aire
Un olor a orina
Lluvia
de pétalos.
Agua de neblinas lejanas
Quisiera beber
Es mediodía.
Las oropéndolas cantan
y la corriente del río pasa en silencio
¡Porque
así debe ser!
Estrenémonos a morir
a la sombra de las flores
Todos
en este mundo
en la cumbre de un infierno
¡A contemplar las flores!
La primavera
se anuncia
Tengo cuarenta y tres año
Aún frente a mi arroz blanco *
* El número
cuatro y la palabra muerte son homónimos
En lo
más carnudo de mis nalgas
Las marcas
Del petate frío
¡Rayos
y truenos!
A cada relámpago
el mundo se sana
Que nada
me pertenezca.
Sólo la paz del corazón
y el frescor del aire
Desnudo.
Sobre un caballo desnudo
a través un temporal
Pobre
La más pobre de las regiones
¡Pero sientan este frescor!
Aldea
perdida
Acostumbrados a su miseria
Ellos toman el fresco por la noche
La siesta
Dejo al agua de las montañas
Pelar el arroz
Lozanía
de atardecer.
El ignora que la campana
redobla el sonido de la vida
Lozanía
de atardecer.
El sabe que la campana
redobla el sonido de la vida
Viva inquieta
pulga.
Por mi mano
transfórmate en Buda *
Por esta
boca
que mordió una pulga
canto al Buda *
* Volverse
Buda, Transformarse, llegar a ser un Buda.
¿Morir? Se utiliza el término “buda” para
con respeto
designar...un cadáver.
Pulgas.
Para ustedes también
la noche es soledad y larga
Lo siento
por las pulgas
de la cabaña
¡Van a adelgazar muy pronto!
Picado
por pulgas.
¿Entonces fue verdad
ese sueño de arena?
No mates
la mosca.
Mira como reza
Manos juntas y pies juntos
Cansadamente
sueña
El viejo pino
Todavía no es Buda
Llegó
el otoño.
El cachorro que no lo sabe
es un Buda
Un ser
humano
Una mosca
En la gran sala
Con una
sonrisa
el Buda muestra
un mosquito que se tira un pedo
El mundo
va muy bien.
Otra mosca
come el arroz
Matando
una mosca
herí
una flor
Una puerta
de ramajes
y como cerradura
un caracol
De noche
bajo la luna
Torso desnudo
El caracol
¿A
dónde puede ir
bajo la lluvia
este caracol?
Sube lentamente
Lentamente pequeño caracol
Escalas el Monte Fuji
Me voy
de la casa
junto al ruiseñor
¡Cuídala caracol!
¿Cuándo
vino
tan cerca de mí
este caracol?
Caracol
A tu manera
¿Puedes llegar a ser un Buda?
Retoma
fuerza
en la manga
la luciérnaga que huye
De prostitutas
La joven virgen
Se hace un pañuelo
En el
pórtico del Templo Mii.
El sonido de la campana
en el aire se congela
Después
de la gran limpieza
Del Templo de Zenkoji
La brillante luna otoñal
Oca emigrante
¿Cuántas veces viste
la humareda del Monte Asama?
Amanecer.
La bruma del Monte Asama
sube a la mesa
Oca salvaje
¿A qué edad hiciste
el primer viaje?
Luna llena
Mi aldea deteriorada
Es como usted la ve
Qué
bella y enorme
Era esa castaña
Fuera de alcance
En el
blanco rocío
me ejercito
al paraíso
En cada
perla de rocío
Tiembla
Mi región natal
En la
flor de loto
Cambia
El rocío del mundo
El rocío
se dispersa.
Hoy una vez más
sembraré granos de infierno!
- No quiero
continuar
en este mísero mundo.
Y se descuelga la gota de rocío
Mundo
de rocío
Rocío de mundo
¡Ah! Sin embargo *
*Con motivo
a la muerte de su hija.
Saltamontes
No aplastes las perlas
En el blanco rocío
El ruibarbo
en la nieve
Más pálido
Brilla púrpura
El frío
¿De dónde viene?
Oh espantapájaros
En la
punta de la nariz
Del Buda del páramo
Cuelga un hilo de hielo
De los
orificios de la nariz
del Buda.
Surge una golondrina
Noche
tras noche
Mi sopa de legumbres
Acompaña la nieve
En invierno
Una joven prostituta
Raspa el hollín de la cacerola
El hoyo
perfecto
que hago cuando orino
a la entrada de mi casa
De un
salto
El cervato caza la mariposa
y vuelve a dormirse
El gatito
Que pesamos en la balanza
Continúa con sus juegos
Un bello
volantín
se levanta
de la choza del mendigo
El niño
que imita
Al cormorán
Es aún más maravilloso
¡El
lobo!
Sólo al ver su excremento
Temblamos de frió
NAITO MEISETSU (1847-1926)
Sobre
las trenzadas flores
Del ataúd
Una mariposa*
* Como
Yosa Buzón (1715-1783). “Noche primaveral /
de vela en vela / la llama se traspasa” y
Taiko Kito(1741-1789). “Sobre el bambú que indica /
la tumba del difunto / una libélula”. ¿La reencarnación?
En la
fría tempestad
una solitaria luna
rueda a través del cielo
Una húmeda
mañana
Desde la tierra surge
La primera cigarra
UEDA CHOSHU (1852-1932)
Se hizo
mil pedazos
y aún está allí.
¡La luna en el agua!
NATSUME SOSEKI (1865-1915)
Bajo el
velo de luna
¡Sombra de flor!
¡Sombra de mujer!
Cae lánguidamente
en el césped
la humedad del calor
Cuando
la lámpara se apaga
Las primeras estrellas
Entran por la ventana
En este
mundo que balancea.
¡Hágase gran maestro
y usted dormirá la siesta!
Golpeado
El pez de madera
Espanta los mosquitos al medio día *
* Se trata
del gong inmóvil del templo, en el que a la
sombra es guarida de mosquitos.
Las piedras
del fondo
Parecen mover
El agua clara
Sobre
el ataúd
lanzar crisantemos.
Nada más *
* Soseki
saluda la muerte de su amigo
Masaoka Shiki (1867-1902).
Reverencias
y sonrisitas.
Del moño
resbala un granizo
El frío
y más frío.
El agua azula
Y el cielo se estrecha
La piel
y los huesos.
¡La borrasca arrastraría
mi cuerpo enfermo!
Guardián
de la noche.
Escucho
el continuo lamento de la lluvia
Sin saber
porqué
Amo este mundo
Donde venimos a morir
MURAKAMI KIJO (1865-1938)
En el
espejo
Esta mañana el otoño
El rostro de mi padre
OSAKI KOYO (1867-1903)
Si pudiera
morir
antes que seque la rosa.
Sería perfecto
KODA ROHAN (1867-1947)
En el
claro de luna
Dejo mi barca
Para entrar al cielo
MASAOKA SHIKI (1867-1902)
Cada año
nuevo
Cielo y tierra en armonía
El primer día
¡Qué
soledad!
Después de los juegos artificiales
una estrella fugaz
Un gran
viento
y repentinamente el estandarte
se levanta
Ola de
calor
Las flores del ciruelo se dispersan
por el pedregal
Cuando
miré hacia atrás
El hombre que me cruzó
Se había perdido en la neblina
El Gran
Buda soñoliento
Adormecido
Por este día primaveral
El Gran
Buda
y su frescura
implacable
Ellos
contemplan
el océano en junio.
Los Budas al fondo del templo
Dulzor
de brisa.
En el verde de mil colinas
un templo aislado
Atardecer
primaveral.
¿Qué lee
el hombre que no tiene mujer?
Las ondas
del chapoteo
derriten poco a poco
el hielo del estanque
La nieve
se derritió
En la espalda
Del Gran Buda
Sitio
ilustre.
Desyerba la tierra
y lo ignora el campesino
Un canasto
de flores abandonado
y nadie
en las montañas en primavera
A lo largo
la mano corre
por la barandilla del mirador.
Los montes en primavera
Durmiendo
sobre la piedra
Mariposa
¿Sueñas tú de mí el infortunio? *
* El poeta
muere de tuberculosis a los 35 años.
Soñando
cada año
En los crisantemos
Sueño por ellos
La campana
del templo
para de sonar y brilla.
Ah la luciérnaga
Como compañero
Solicito a la mariposa
Partir de viaje
El aguacero
de verano
tamborea
en la cabeza de las carpas
Jornada
corta.
En sus canastas los cormoranes
cansados duermen
Un pueblo
de pescadores
Bailando bajo la luna
El olor a pescado fresco
El puente
cedió.
¡Atrás y solitario
el sauce llorón!
A lo largo
del río
No encontré ningún puente
Ese día sin fin
El río
en el verano
y un puente.
Pero el caballo pasa por el agua
A gran
velocidad
Se lleva el verano
El río Mogami
El puente
colgante
En lo alto y en todas direcciones
Balancea la lluvia fresca
¡Peral
en flor!
La casa en ruina
Única huella de la batalla
Con mucho
esfuerzo
Pude colgar
La lámpara entre tantas flores
Cerezos
en flor
y recuerdos de seres queridos.
Todos tan lejos de aquí.
Al chirrido
de los insectos
Sale la luna
El jardín oscurece
Pinos
en cada isla.
¡Y cómo refresca
el ruido del viento!
¡Qué
frescor!
La vela que se apaga
y el ruido del agua
El frescor
En medio del cultivo de arroz verde
Del único pino
De espalda
al Buda.
Oh cómo como refresca
el claro de luna
Donde
miremos
hay frescor de luces
de dioses y de Budas
En el
Gran Buda
la ausencia de entrañas.
Ah que frescor
Al encender
la luz
Las sombras de las muñecas
Una para cada una
Una alondra
se vuela
Respiro la niebla
¡Yo camino sobre nubes!
Nuestro
canario se escapó
Un día de primavera
Llega a su fin
Marejada
de nubes bajas
Amontonadas
Sobre la lejana línea del mar
La barca
y la orilla
Dialogan
a lo largo del día
La playa.
¿Porqué hacer una fogata
con esta luna de verano?
Un azadón
abandonado
en el campo vacío.
¡Qué calor!
Para la
delgada waka
y para el fino haiku.
Un hombre en verano *
* Waka
o Tanka. Tradicional género
poético de 31 sílabas.
Sale la
luna entre las hiervas
y sopla el viento
el canto del hototogisu
Gracias
a la linterna
contemplar al Gran Buda
y el canto del hototogisu
Ni siquiera
un mosquito
después de la inundación
¡Qué soledad!.
En la
palma de la mano
una luciérnaga.
Ah su frío reflejo
En el
rincón de un viejo muro
Totalmente inmóvil
Una araña gorda acecha
Maté
una araña
¡Soledad
de noche fría!
Cuando
para de cantar
Y vuela
Al fin vemos a la cigarra
Sólo
en un árbol
de la inmensa llanura
las cigarras se agrupan
Una cigarra
canta
Frente a la casa vacía
Al último sol
Al borde
de la muerte
Más sonora que antes
Las cigarras en otoño
Bosque
en verano.
Del que penetra
ni la más mínima huella
Veinte
mil personas
Sin abrigo
La luna de verano *
* Visión
del gran incendio de Takaoka.
Pintor
de rosas.
Las flores no son difíciles
y las hojas peliagudas
Admirar
rosas.
¡El cansancio de mis ojos!
La convalecencia
Pintar
flores
es mi tarea cotidiana.
¡A comienzo del otoño!
La blanca
peonía
Una noche de clara luna
Perdía sus pétalos
¡Las
flores silvestres del verano!
En Saga las bellas mujeres
de muchas tumbas
La amapola
florece
y por la brisa del día
desparramada
Lluvia
de otoño.
Las hortensias
se deciden por el azul
Mi voz
se hace viento
en la cosecha de champiñones
En el
Templo de Taga
Cerezas en el suelo
No hay nadie
Bajando
del caballo
En el viento de otoño
Pregunté por el nombre del río
Torbellino
de hojas muertas
vienen de lejos.
El otoño llega a su fin
Apoyada
a un árbol desnudo
de raras hojas
una noche estrellada
Los insectos
de verano
caen muertos
sobre mis libros
Ningún
insecto
se acerca a la lámpara
Aún más frío.
Me pican
Los mosquitos en otoño
Decididos a morir
En el
dormitorio vecino
su luz también se apaga.
Ah qué la noche es fría
La linterna
se apaga
Atravesando el basho
El ruido del viento *
Pobre
Templo
reducido a ruinas
¡Pero qué basho! *
* Basho:
Campo de bananos, platanar y seudónimo
del maestro de la sobriedad, quietud y armonía,
Matsuo Basho, Siglo XVII.
No puedo
comer
Los caquis que me gustan.
Ah la enfermedad
Pelando
una pera
Azucaradas gotas brillan
A lo largo del cuchillo
¡Recuerden!
Fui un gran comedor de caquis
amando haikus *
Tres mil
haikus
a revisar.
Dos caquis *
* El haijin
Shiki, por trabajar en correcciones
era recompensado en caquis.
Las manzanas
robadas
que comí.
Me produjeron dolor de estómago
El ave
canta
Cae al suelo
Una baya roja
Una baya
roja
rodó
por la escarcha del jardín
El daimyo.
Queda de su pasar
un terrible frío *
* El pueblo
debía esperar que pasara el “daimyo” e inclinarse.
Soledad
en invierno.
Quisiera hacer una pregunta
al Buda
Fría
mañana.
Alegremente
el acólito entona el sutra
El río
en invierno.
El agua no es suficiente
para cuatro o cinco patos
La gran
limpieza.
Todos los dioses y Budas
amontonados en la hierba
Débiles
Esta noche de nieve
Las luces del palacio
Medita
el mono
a lo largo de la noche
¿Cómo atrapar la luna? *
* El mono
es el hombre y la lección luminosa
de la luna... ¿Buda?.
Hago una
ofrenda a Dios
y de regreso.
La brama del ciervo *
* Ofrenda
o “kami”. Dios personifica la naturaleza
en el culto “shinto”.
La noche
infinita.
¡Pienso
en cómo será en 10.000 años!
Bajo el
mosquitero
Ella duerme
Rodeada de luciérnagas
El que
detesta esta vida
Debe amar
La flor del cardo
En los
cultivos de las alturas
los espantapájaros
se peinan de nubes
En este
mundo efímero.
También los espantapájaros
tiene ojos y nariz
Una extremidad
Apoyado sobre la montaña
El Río Celeste*
Aguas
termales.
La Vía láctea
en los cuerpos desnudos *
La Vía
láctea
El campo de patatas
Las garzas blancas *
Pasada
la media noche
La Vía Láctea
Descansa en un bambú *
*El Cielo,
la Tierra y la vida entre los dos. El cosmos
en tres versos. ¿El Río Celeste por Vía láctea?
Salgo
del Templo Zen
Entro
A una noche estrellada
Un niño
de diez años
Acaba de heredar un Templo
Frío amargo
Pánico.
La escalera se derrumba
sobre los amores de los gatos
Diez años
de trabajo
para pagar mis estudios.
¡El techo gastado!
En esta
agua pura
los ricos se refrescan
y también los osos
KAWAHIGASHI HEKIGOTO (1873-1937)
El viento
violento del sol
Vibra aún
En el canto del hototogisu
Arranco
una planta.
Su profundidad y su blancura
me duele
TAKAHAMA KYOSHI (1874-1959)
Revolucionario, crea la Escuela de nueva tendencia.
Primera
primavera.
La lluvia perla
sobre las ramas aún desnudas
Solo.
Pulo mis poemas
en el día que llegará *
* Kyoshi
en este poema alude la muerte de y sus amigos
, el maestro Masaoka Shiki y Kawahigashi Hekigoto.
Libélulas
En un villorrio tranquilo
Es mediodía
En los
montes de abril
Cadáveres en sepultura
¡Vanidad!
Lancé
La cetonia
A lo más profundo de la sombra
Durante
la distribución
de la velas en los dormitorios.
¡El grito del venado!
Aún
me traspasan
Los ojos que la serpiente
Dejó en la hierba
El una
palabra
Yo una palabra
Al resplandor del otoño
Y ahora
Bajo la luna otoñal.
No hay enemigos *
*La noción
de amigo y enemigo. Kyoshi, escribe este
poema luego de la derrota japonesa en 1945
Corté
las peonías
y el jardín está vacío
Cae y
cae
La hoja de la paulonia
A los rayos del sol *
*¿La
hoja cae, como cayó el hombre a pesar de
las promesas del sol?
Como polvo
En las grandes nieves
Un hombre muerto
Año
que pasa y año que llega
Anillos
Que atraviesan un mismo bastón
El grito
del primer cuervo
Sorprende al amanecer
Sobre los burdeles
Ya imagino
la nieve
cayendo sobre mi cadáver
OTAMI KUBUTSU (1875-1943)
Con la
boca abierta
el niño contempla caer las flores
¡Es un Buda!
USUDA ARO (1879-1951)
Un ave
canta
Y calla
La nieve en el crepúsculo
El barco
se va
y el corazón se aleja
de los gritos de los insectos
AOKI GETTO (1879-1949)
Parece
acariciar
Esa brisa azul de oriente
A las montañas *
* La “brisa
azul” es el viento que sopla en verano
entre las hojas.
NAGAI KAFU (1879-1949)
Primer
trazo de neblina
Sobre el kimono del año nuevo
Una bastilla de nubes
OSUGA OTSUJI (1881-1920)
Fiesta
campestre.
Respira el sol
y la hierba se pega en mis codos
Por el
que se recupera
De una enfermedad
Los crisantemos sienten frío
KUBOTA KUHONTA (1881-1926)
Desplomado
en la tierra
El volantín
Entrega su alma
Voces
Entre las nubes blancas
La alondras
TANEDA SANTOKA (1882-1940)
Al pie
de la montaña
bajo un sol generoso.
Una hilera de tumbas
Tan lejos
el país natal.
Los árboles florecen
Sobre
mi sombrero de junco
Toc
Era una camelia
Profundo
Aún más profundo
En las montañas azules
A cántaro
la lluvia de otoño.
Cocino algunos granos de arroz
durante largo tiempo
A cántaro
la lluvia de otoño.
Yo no muero
todavía
A cántaro
la lluvia de otoño.
El camino
de nuevo y siempre
Otoño
La desgracia y nada más
Yo continúo mi viaje
Un graznido
de cuervo.
Yo también
estoy solo
Sobre
una piedra
La libélula
Sueña en pleno día
Sobre
mi solitario escritorio
La libélula
Concede posarse
Se cubren
de otoño
las hierbas silvestres.
Me siento
A la mitad
de la vida
A la mitad de la muerte
La nieve sin cesar
Mi país
natal
Empapado por la lluvia
Lo recorro descalzo
Muy pronto
la muerte.
Sobre las flores silvestres
cae la lluvia *
* Poema
escrito poco antes de morir.
El arroz
es delicioso
Y el cielo azul
Muy azul
El barro
que fluye
se aclara *
* Como
el barro que lleva el río... Todo puede ser
lavado de impurezas
WATANABE SUIHA (1882-1946)
El gran
día blanco
me desnuda el alma.
Hojas muertas
IMAZUMI UGAI (1883-1951)
Calor
de primavera.
¡Ese olor a cabellos
en el ascensor!
MAEDA FURA (1884-1954)
Aquel
que mata
Tal vez sea yo
¡Vuelo de luciérnaga!
La calma
discreta de los caquis
Absorbe el sol
En su profundidad
OZAKI HOSAI (1885-1926)
Trabajó como budista laico
en diferentes templos de Japón.
El ruido
de las tijeras
del jardinero.
Yo me levanto tarde
Silbando
sin parar
Esta mañana
Mientras el bosque azulaba
Una jornada
sin una palabra.
Yo mostré
la sombra de una mariposa
Tan solo
Que muevo mi sombra
Para mirar
¡Dos
senos
magníficos
y un mosquito!
En la
punta de una hierba
Ante el infinito del cielo
Una hormiga
A mi espalda
pasa un tren.
Yo arranco la mala hierba
sin levantar la cabeza
¿Denigrar
alguien?
Me lavo el espíritu
descascarando arvejas *
El Buda
me da
un poco de tiempo.
Yo lavo mi vestimenta *
* Según
la práctica budista, las actividades simples
(lavar la ropa, cocinar, remendar), son también
caminos que llegan a la meditación y purificación del
alma.
En la
gran noche de diciembre
Una cama fría
Es todo lo que tengo
El caballo
se espanta
sobre el tapiz de escarcha blanca
Por todas
partes la muerte
y sin embargo el agua
corre por la noche
Al fondo
de la neblina
el ruido del agua
y voy a su encuentro
IIDA DAKOTSU (1885-1962)
Dulzor
de primavera.
Al final de las cosas
el color del cielo
¡Desaparecer
al fondo de esos barrancos
donde las nubes amontonan!
Un cadáver
y el viento de otoño juguetea
en los orificios de la nariz
Hojas
de la Fiesta de los muertos
Tallando la vida
a lo largo del acantilado *
* Según
el antiguo calendario lunar, a mediados
de agosto, es otoño. Esta celebración a las almas
de los muertos en medio también, pero de violenta
tempestades.
HARA SEKITEI (1886-1951)
Después
del trueno
Las nubes de la noche
Tienen la tez fresca
NAKATSUKA IPPEKIRO (1890-1946)
Sufriendo.
Alrededor de la cama flota
el azul del mar en invierno
HAYASHIBARA RAISEI (1887-1975)
En secreto
la camelia advierte
la presencia del ciruelo
SUGITA HISAJO (1890-1946) *Mujer
De pureza
blanca
arquean sus pétalos
los crisantemos de luna
Indómito
hototogisu
Pasas haciendo ecos
A tu antojo
AKUTAGAWA RYUNOSUKE (1892-1927)
Célebre cuentista
En el
pequeño bosque
un laberinto de ramas.
Medio día profundo
YOSHIDA
TOYO (1892-1956)
A la nocturna
luna
el grito de la nutria
ofrece peces
MAIZUHARA SHUOSHI (1892-1981)
Ante los
crisantemos
mi vida
guarda silencio
TAKANO SUJU (1893-1976)
Por la
estela de agua
Flota dormido
Un pato a la deriva
Hormigas
grandes.
Sólo el soplo del viento
en los pinos
KURIBAYASHI ISSEKIRO (1894-1961)
Sobre
el primer periódico del año
Boquiabierto
Me espera un cañón
Hay los
hombres
que baten hierros en el aire
y no sé dónde
Que tranquilo
se ve
en la cuadra
el caballo que mató a su jinete
AIOIGAKI KAJIN (1898-1986)
El viento
muere.
Las flores silvestres
se visten de duelo
HASHIMOTO TAKAKO (1899-1963) *Mujer
Bajo la
viva luna
duermo
con un moribundo
Después
de mis lágrimas
La plenitud
De mi soplo blanco
Ráfaga
de nieve.
En sus brazos
sofoco
MITSUHASHI TAKAJO (1899-1983) *Mujer
Adiós.
Más allá de la neblina
una niebla más profunda
Sobre
un trineo sin luz
A la caída del día
En la llanura nevada
YOKOYAMA HAKKO (1899-1983)
Danzan
las mariposas.
Yo converso
con los muertos
SIGLO XX
KAWABATA BOSHA
Pisando
el verdor de la estación
Piso
Un cúmulo de nubes
Ante el
templo de las Seis Virtudes
Al fondo de las tinieblas
Los gusanos gritan
NAGATA KOI
Una alondra
levanta el vuelo.
Mis intestinos
Reaccionan los primeros
Vuela
en lo más alto
La gran mariposa
De alas lentas
Viene
la muerte.
Ríen en los ciruelos
a carcajadas
HINO SOJO
Mañana
del primer día.
En el bracero
unas pocas brazas del año pasado
Quietud
y un carbón haciéndose fuego.
Nada más
Blanco
viento del sur.
Detrás de tus orejas
falta un poco de maquillaje *
* Después
de la temporada de lluvias el cielo se
aclara y el ´´ viento del sur¨ arrastra nubes blancas.
En el
dedo del bebe
se cuelga
un arco iris
AKIMOTO FUJIO
Bajo el
impermeable
Empapada por la llovizna
Una silueta de mujer
Distinguido
caminar
El de la vaca
Pisando violetas
YAMAGUSHI SEISHI
Marea
de primavera.
En todo mi cuerpo
la sirena del barco
El hilo
del volantín
se pierde en el cielo
y en el dedo se ve
La luz
de la luna
Congelada en el aire
Queda
Ninguna
huella en la corriente
donde nadé
con aquella mujer
El espiral
de la concha
Poco a poco avanza
El caracol
La flor
se marchita
hasta en los ojos
de la manta religiosa
NAKAMURA KUSATAO
Un sol
invernal
en el lomo
el caballo carga
En la
inmensidad verde
el diente del bebe
aparece*
* La gran
naturaleza después de la estación de
lluvias y una vida en “el diente del bebe”.
TOMISAWA KAKIO
Pronto
sobre la lámpara
Se lanzarán
Las tinieblas del campo de batalla
Jaula
de un leopardo.
Ni una sola gota de agua
en el cielo
KOSHINO TATSUKO
Generoso
verdor
En el plato en verano
Mucha verdura
¡Tan
blancos
los rostros
que observan el arco iris!
HASHI KANSEKI
Sacan
el ataúd.
Un puente
en el paisaje
KATO SHUSON
Ruido
de trueno
en el cielo azul.
Brillo de verdad en el hombre
Cuadro
de guerra atómica
Escalofrío
Como esos muertos abro la boca
Pasa
sin techo ni tumba.
La gaviota en invierno
HIRAHATA SEITO
Paso a
paso
Avanzo
Prisionero bajo la luna
SHINOHARA HOSAKU
Poco a
poco
Mis pulmones se tiñen de azul
Cuando viajo por el mar
SUZUKI MASAJO *Mujer
Noche
de escarcha.
¿Cómo dormir
si el mar no duerme?
NAKADAI SHUNREI
Silencio
de mediodía.
Solamente una tierra calcinada
que trabajan las hormigas
TAKAYA SOSHU
En las
manos de la madre
tiemblan las cenizas del héroe.
La línea férrea
KONO NANKEI
Se marchitan
las flores de la maravilla
¡Tan lejos de nuestro mundo!
WATANABE HAKUSEN
Repentinamente
la guerra
De pie
Al fondo del corredor
La bandera
del sol naciente
La ofrezco
Al océano
Anoche
cubrí
mis hijos dormidos
y el ruido del mar
FURUSAWA TAHIO
Cielo
de noche infinita.
Rosas, estrellas y camaradas
esperan el mañana
KITAMO TAMIO
En las
cocinas del jumbo-jet
Los crujidos
De los hielos que amontonan
KINOSHITA YUJI
En la
escarcha de las flores del cerezo
el cuchillo
se empaña de grasa
TOYAMA CHIKAGE
Higos
verdes
Desnudos
Al horizonte de un cielo vacío
HORI ASHIO
Una mañana
donde la miel se hace fuego
Se transforma en arena
Y todo se descompone
TAKAGI
HARUKO *Mujer
¡Ser
un oso
invernando
al fondo de su cueva!
NOMIYAMA ASUKA
En la
tierra como en el cielo
los cerezos florecen.
Y yo toso
SAWAKI KIN’ICHI
El más
grande de los Buda
escucha
el viento otoñal
MORI SUMIO
En el
movimiento
De las carpas grandes
Flamean las alturas del otoño
KANEKO TOTA
Pegada
al lomo del lobo.
¡La luciérnaga!
En los
dibujos de los niños
Un sol radiante
Al exterior la nieve en borrasca
En el
valle
las carpas se estorban
y la noche festeja
Veinte
televisores.
En la línea de partida
sólo hay negros
Los empleados
de los bancos
Espejean por la mañana
Como calamares
Es mi
lago interior.
En la sombra merodea
un tigre negro
UENO YASUSHI
Detrás
de la estación de bencina
Hace visos
El brocado de las montañas
NOZAWA SETSUKO *Mujer
Otoño
en las montañas.
Tantas estrellas
y tantos lejanos antepasados
TAKASHIMA SHIGERU
Sentada
en un columpio
Víctima de la bomba atómica
La niña muerta
MITSUHASHI TOSHIO
Vuelan
las ardillas
Así crecen
Las montañas de la noche
IIDA RYUTA
En el
collar congelado
Los ojos de mi caballo
Azulan
ISHIDA TOSEI
Aniversario
de la bomba atómica.
Yo limpio mi cuerpo desnudo
De una mañana sin heridas
Grullas
en los campos
durante la cosecha.
Otoño en el pueblo
UEMURA
SENGYO
La soledad
El frío primaveral
Nada más
IIJIMA
HARUKO * Mujer
El lirio
de la montaña.
Su polen sube
y empapa mis senos
WADA GORO
Mi nombre
ya fue grabado en el viento.
El gran olmo
TAKAYANAGI SHIGENOBU
Rugen
Los tambores de guerra
Hasta machacar
La carne del otoño
Cálmate
Cálmate
Flor de la ira.
Color del lóbulo de la oreja
HATANO SOHA
De regreso
del peregrinaje
A las tumbas
Cada cual retorna a su pieza
HAYASHIDA KINEO
Mar deslumbradora.
Un hombre de huesos blanqueados
se levanta
KUBOTA KEIKO *Mujer
Cielo
nevado.
Yo no conocí mi padre
en su cincuentena
ABE KAN’ICHI
Todos
ahí
Sobre esa llanura
Maquillados de blanco
Abriendo
un cajón
Toco
El corazón de una gaviota
KAKIMOTO TAE * Mujer
Un ruido.
Cavan una fosa
detrás de las camelias
Levantando
la cortina
del verano que termina.
No veo nada
SAITO UMEKO *Mujer
En mi
palma
no hay nada.
Relámpagos en la noche
NAKAGAWA ISAO
Vuelto
hacia el veintinueve
El rostro desnudo
Del hombre incandescente
KAWAHARA BIWAO
Lleno
de tinieblas
atrapo luciérnagas
La noche
cruje.
Ella se adapta
a la manera de los insectos
Sólo
en el desnudo páramo.
Ronca surge
la voz de los muertos
¿Alguien
se ahoga de nuevo
en el Rió del Cielo?
Grito
HIROSE NAOTO
Enamorados
del cielo del verano
Los Budas
Se reúnen
HARA YUTAKA
A la sombra
de las montañas
Suben hacia los hielos
Los peces color del viento
NAGASHIMA YASUKO *Mujer
En el
plato de vidrio
el tintineo de las espinas del pescado.
Una familia común
HIRAMATSU YOSHIKO *Mujer
Cortando
la paja
Bajo estrellas marchitas
Mi guadaña golpea una tumba
HOSHINAGA FUMIO
En los
barrios de los bancos
los navíos de guerra
irradian
SUZUKI AKIRA
Flores
de verano.
Un soldado
derretido y caramelizado
FUYUNO NIJI *Mujer
Fiesta
de primavera.
Desde el fondo del agua
las plantas me llaman
Ante el
mar agitado
la cuerda a saltar
abre un vacío
KIMURA TOSHIO
Eclipse
lunar.
Yo lamento
ese haiku que pierdo
En los
ojos de hadas
bajaron a la ciudad
el vacío
YOTSUYA RYU
Mi corazón
bate
como una bandada
de golondrinas
Amanecer
de verano.
La neblina viene
en forma de zapato
Azucenas
erguida en un florero
¡Hermana menor del trueno!
SUMITAKU KENSHIN
El cuerpo
quebrado
Aún vivo
Atravieso el verano
Sufro.
El grito de las cigarras
viene de días lejanos
Suspendida
en la noche
la bolsa de suero
y la blanca luna
Más
y aún más frío.
El teléfono negro
de la noche
Morse
por la noche.
El viento
envía un SOS
Quitando
la cáscara
Del huevo duro
Mis dedos de enfermo
Este fuego
que me quema.
La voluntad suicida
Mi rostro
deformado
lo hundo
en la cubeta