LA VIRGEN DEL CÁÑAMO
Un episodio sin recuerdos en la Historia de Aconcagua.
El oculto culto por La Virgen de Aconcagua, arrancado trágicamente de nuestra siempre precaria memoria, es el argumento, el centro que mueve la novela aconcagüina, “LA VIRGEN DEL CÁÑAMO” del autor Lautaro Condell. Se compone de una serie de relatos fragmentarios que narran distintos episodios de esta increíble historia, desde la concepción de Esperanza, que es el nombre de la Santa, hasta su consagración a partir de “El Milagro del Agua”. Eso mencionando los recuperados, ya que algunos de los textos originales de “La Virgen” aún permanecen desaparecidos en medio de los cerros de Aconcagua cerca del Orolonco, lugar en donde fueron depositados, para que los nacidos décadas más tarde, supiéramos aquello que muchos no han querido recordar.
Esta experimental novela, escrita hace ya unos 50 años, rescata además, dos de las expresiones religiosas más fecundas, antiguas y valiosas del valle, como es el Canto a Lo Divino y la Danza Ritual Precolombina conocida como “Baile Chino”. El Canto lo integra, pues varios de los hechos en que La Virgen del Cáñamo es protagonista, son descritos mediante décimas, las cuales eran parte de la tradición con que fue venerada esta nueva deidad Aconcagüina y que en el libro han sido recopiladas.
Por su parte, El Baile Chino, danza que utiliza técnicas chamánicas para la inducción de “estados especiales de conciencia, y que se construye en torno a mudanzas, es decir, “cierto número de movimientos que se hacen a compás en los bailes y danzas”, fue parte también de este culto popular, que se generó a mediados de los 50 y que fue poco a poco alcanzando la fe de cientos y miles de personas.
Esta expresión pudo sobrevivir gracias a su enmascaramiento tras los lenocinios del valle, manera en que los fieles Cañameros disimulaban su acción religiosa, ya que se mantenía, por parte del estado Chileno, una férrea persecución que tuvo como fatal resultado, el exterminio de gran parte de los cofrades. Entonces no había alternativa más segura que estos lugares, en donde se realizaban cotidianamente pequeñas fiestas religiosas, además de las que llevaban a cabo en otros rincones furtivos.
Finalmente, y luego de su expulsión desde la costa de la V Región después de años en la “clandestinidad religiosa”, La Virgen inicia cada año La Procesión en la caleta de Horcón, territorio que hasta hoy mantiene sin saberlo, una especial relación con la espiritualidad Cañamera.
Como telón de fondo de esta “historia sin recuerdos”, se encuentra la producción de Cáñamo en el fértil valle. Sabido es que la “mitología criolla” ha puesto a este sector de Chile como una especie de “paraíso”, en el que la planta Cannabis, era parte de la cultura agrícola como hoy puede ser la uva o el cultivo del durazno. Es en este contexto en que la industria aconcagüina, pionera en este producto en Latinoamérica, se encarga por ejemplo, de la confección de las Jarcias de toda la Armada Chilena utilizada en la Guerra del Pacífico, como también parte de la que, la Armada inglesa, encargaba para sus buques. Estos datos no son menores, ya que permitían uno de los paisajes más asombrosos y apetecibles del planeta.
Con todo, la novela Experimental y Fragmentaria “LA VIRGEN DEL CÁÑAMO” nos devuelve a un imaginario telúrico, en que se retorna a la simbología ancestral del continente americano, proponiendo como punto de partida, el uso de la alucinación como camino hacia lo sagrado, como también una forma de recuperar en parte, la perdida sensibilidad indígena, invitando a preguntarse como alguna vez hizo el poeta, y por qué no retroceder?.