Berríos,
Carmen Gloria: Prontuario (1990-2000)
Santiago de Chile. CGB producciones, 2001, 363 págs
por
J.A.Massone
La autora compendia en este volumen su escritura anterior, constituida por
los siguientes poemarios: La mujer deshabitada (1990); Esa urgencia de vivir
(1992); Razones personales (1994); Prójimo de nadie (2000).
Trátase de un libro plural que hace de la condición femenina
su nudo y materia constantes. El predominio del texto breve sirve a la eficacia
del rendimiento poético consistente en decir la propia humanidad a
partir del reconocimiento de precariedades, en un tris del descalabro con
que se impone la pegajosa separatidad de los desencuentros.
El tiempo cotidiano viértese sin tapujos, pero libre al fin de insignificancia,
porque la palabra es testimonio de que la vida importa, aun cuando esa vida
esté hecha o desecha de filigranas y de zarpazos. Por ende, la autora
acoge resonancias, multiplica sesgos, enhebra lo olvidable con la perduración
en el atento registro del habla interior. Queda , así, transfigurado
lo humano, a pesar de toda turbulencia y desencanto.
Carmen Gloria se vale de materiales idiomáticos expuestos en el intercambio
afanoso de cada día: la frase hecha, las convenciones públicas
y colectivas, para mejor servir a la expresión personal. Unas y otras
le son útiles al desenfado y sencillez que sorprende en la consumación
de algunos versos o de la atmósfera que embarga a los textos. Su lucha
consiste en permanecer humana, plenamente mujer, en medio de un mundo que
agrede lo maravilloso por medio de actos vacíos y gestos mecánicos,
más solitarios que la soledad del adiós.
"Hay que hacer
una ampliación
en esta casa
Ya no hay dónde
guardar
tanto silencio"
Necesidad de encuentro en un mundo de artificios, desafinado e inexorable
en sus procedimientos. Todo el libro es un monólogo que no se exime
de hablar a la ausencia, al anhelo de conformarse a un impulso más
noble que el de la categórica fuerza de gravedad que espanta vuelos.
Cuestión de felicidad o asunto de desdicha es el debate expuesto una
vez y otra en este Prontuario. Nada menos que sentirse desbordando hábitos,
renuncios, desabrimientos, de un lado; y sufrir de continuo apagamiento, insatisfacción
y afectividad que no alcanza a mentarse plenitud.
Libro de feminidad: espontáneo, grácil, sinuoso. La piel es
pararrayos o primer territorio en que habla un alma. Nada de teorizaciones
ni resabios programáticos. Insinuantes, los poemas se acercan provocativos
de intimidad o de recuerdo de ésta, personalizados, trémulos,
ingeniosos, a veces como una danza, a veces como una ocurrencia insólita.
Tampoco falta el decir filoso, disminuidor, concluyente. Rasgos de humor que,
siendo ligereza de ingenio, incluyen ese sobredicho del apóstrofe,
emblema desencantado. "Sin rabia/ es imposible escribir/un buen/poema/de
amor" (Ingredientes)
Dinámico como su autora, el volumen reúne un apreciable testimonio
poético: el día a día del tiempo en la sensibilidad,
el de evocación rasgada y el del todavía posible; asomos y evidencias;
sugestiones y decires categóricos: suma y resta de existir que, a no
dudarlo, deja un generoso saldo en la columna del haber de la escritura.