El sino de Isabel Allende en su país.
Cierta
escritora chilena nos dijo una vez que Isabel Allende era más “seller”
que “best”. No es la primera y única ironía que
se teje sobre la tarea de la escritora. Lo hemos expresado otras veces. Lo
curioso es que las flechas no vienen desde el extranjero, sino de sus propios
compatriotas, lo cual los deja en muy mal pie.
La “tristeza por el bien ajeno” es lo que más resalta.
¿El pago de Chile?, ¿El conocido deporte del “chaqueteo”?.
Es posible.
En cambio, en el exterior, Isabel Allende sólo ha cosechado triunfos
y laureles, además de un reconocimiento universal de parte de sus fieles
lectores.
Por otra parte, causa extrañeza que algunas críticas provengan
de autores nacionales que no venden a raudales, precisamente, ni les ha ido
espléndido cuanto a popularidad. Detalle interesante esto último.
Hernán Rivera Letelier, otro al que le ha caído el estigma de
super ventas, ha dicho sobre el tema: “ que digan que a ellos no les
interesa vender. Si no les interesa vender significaría que no les
interesa que les lean y si de verdad no les interesa que los lean, no publicarían.
Así de simple”.(El Mercurio 7.12.2002)
Con eso está todo dicho.
La literatura
juvenil
Algunos
autores se encasillan en sus temas y no salen nunca de ahí. Los dominan
al revés y al derecho. Con eso les basta. Son las excepciones, en todo
caso, porque el verdadero escritor está siempre renovándose,
cambiando de aires, investigándose, revolucionándose, inventando.
Es su sino.
Entre los nichos que resultan difíciles de trabajar está sin
duda la literatura juvenil. No es fácil escribir para los jóvenes
o para los niños. Casi siempre se cae en la tentación del sermón
o la moraleja. No se sabe a ciencia cierta como recibirán los textos.
Además, hay que convenir que el conocimiento sobre los gustos de los
adolescentes, por poner un ejemplo, no es sencillo. Menos en estos tiempos,
cuando la tecnología arrasa fácilmente y les facilita las cosas,
evitándoles el problema …de leer un libro. Interesar a un joven
en la lectura es, hoy día, tarea de titanes. Existen otras actividades
más placenteras y menos comprometidas. La televisión, verbigracia,
los juegos electrónicos, los videos, las computadoras, etc. Ponen una
vara muy alta.
Los cradores, en tal sentido, tienen un desafío enorme.
A los que le interesa, por supuesto.
Isabel Allende ha escrito sobre diversos temas en sus libros. Aborda los conflictos
internos desde diferentes perspectivas. Desarrolla bien los asuntos y tiene
facilidad para escribir. Pues bien, como es una persona pertinaz y consciente
de sus capacidades, se ha propuesto internarse en el mundo de la aventura.
¿Tarea difícil?. Depende. Para ella, al tenor de lo que veremos
más adelante, no. Ha bosquejado una trilogía de libros, de los
cuales ya ha publicado dos.
Veamos el primero de ellos.
Una búsqueda
interesante
Se llama, “La
Ciudad de las Bestias”. Le ha ido bien en esta aventura. Porque hay
algo que es irredarguible: Isabel Allende es una excelente narradora, domina
bien la tensión dramática, el ambiente, la atmósfera,
tiene un humor que no tienen sus “colegas chilenos”, es simple,
directa, no busca intrincadas reflexiones metafísicas y respeta al
lector, es decir, no “latea”, como ciertos escritores chilenos.
Trátase de una aventura en la Amazonia. ¿Protagonistas?: una
abuela, su sobrino, un profesor medio chiflado, que al final se endereza,
una niña de esas tierras, su padre. Es una expedición en busca
de la bestia, un ser inmenso, terrible, algo así como el abominable
hombre de las nieves. Lo encuentran, pero también descubren a la tribu
de los aborígenes invisibles. La escritora nos va dejando señales
muy actuales sobre la ecología, la devastación de la selva y
el apetito de los hombres por exterminar a los primitivos habitantes con el
sólo objeto de obtener las riquezas que guarda la tierra. Es una reflexión
directa a las conciencias y de seguro ayudará a comprender mejor la
situación actual del único pulmón verde del planeta.
Los jóvenes captarán de inmediato el texto y con toda seguridad
les quedará grabado. En cuando a los adultos, bueno, es impredecible,
especialmente cuando de por medio está el poder del dinero o la medianía,
íbamos a decir mediocridad, mental.
Por de pronto, el libro se lee con sumo interés, “agarra”
desde un principio, hay buen manejo de la intriga y el suspenso. Bien delineados
los caracteres. Nos recordó nuestras antiguas lecturas juveniles de
aventuras (Verne Salgari, etc), las cuales sirvieron para extasiarnos con
la imaginativa y nos permitieron vagabundear por los interminables universos
de la creatividad, además de ser el pasaporte para nuestra vocación
literaria.
Libro con más méritos que defectos, aunque a algunos no les
agrade o lo encuentren liviano o le hayan detectado fallas gramaticales.
A nosotros nos gustó.
Es la única medida.
En suma, Isabel Allende ha dado con un libro interesante. Ha encontrado una
veta que le puede rendir buenos frutos y se le ve liviana en su incesante
trabajar.
Bien por ella.
Atrás continuarán quedando las miradas turbias y torvas de algunos
escritores y criticastros chilenos; lejos se perderán las ironías
sobre su capacidad creativa; ahogados quedaran los sentimientos enanos respecto
de su talla de escritora.
Lo que se ve claro, transparente y definitivo es el éxito que ha tenido
en sus fieles e innumerables lectores en gran parte del planeta.
Es lo único que cuenta.