Mala
Onda la Mala Onda de Alberto Fuguet (Planeta, 1991)
por Patricio
Navia
Fue uno de los
libros más vendidos en Chile el año pasado. Es una novela que
trata una semana en la vida de un muchacho del liceo en Santiago en 1980, antes
y durante el plebiscito. Los problemas de un adolescente que pertenece a la
clase alta de la sociedad y que sin embargo se encuentra atraido hacia las causas
sociales pero que a la vez es un rebelde por excelencia y niega la existencia
de todo, restándole importancia a los problemas y huyendo a través
de las drogas, el sexo y el placer.
Matías,
el personaje, desde un comienzo causa una cierta molestia, una repugnancia aunque
no deja de despertar simpatías en el lector. Después de todo es
sólo un muchacho y hay mucho bueno en él, un potencial que podría
emerger en cualquier momento. Muy real este Matías.
La idea de Fuguet
me parece excelente. Aunque el libro guarda cierta similitud con Palomita Blanca
de Enrique Lafourcade, Fuguet logra desarrollar una trama diferente, nueva,
agresiva que desde el comienzo cautiva y hace que uno se adentre en la historia
aunque no deje de reprochar las actitudes egoístas e infantiles del protagonista.
Lo malo es que
el protagonista tiene sólo 17 años y casi siempre piensa de una
forma mucho más madura, actúa como un joven de veintitantos, por
eso cuando vuelve a sus actuaciones infantiles decepciona. Realmente no creo
que sea convincente como protagonista, Matías no puede tener 17 años,
es mayor y hace cosas de mayores, piensa como alguien mayor. Parece que Fuguet
mira las actitudes de los adolescentes y no puede evitar añadir sus propios
juicios e introducirlos en la racionalidad de los jóvenes.
En general la
trama es interesante y uno se entretiene con el libro hasta más allá
de la mitad. Después, sin embargo, como que la trama empieza a aburrir
y uno empieza a buscar el final, la resolución de los problemas. Pero
eso nunca llega, el final es poco convincente. Se parece más al tipo
de conversiones evangélicas que a un final de novela. Bien pudiera Fuguet
haber dejado el libro sin el final y habernos permitido imaginarnos un final
que de cualquier modo hubiera sido más convincente, o al menos acorde
con la trama, que aquel que nos presentó Fuguet.
Creo que Fuguet
tuvo miedo de desarrollar algunos personajes y algunas relaciones que se forjaban
y parecían aparecer durante la novela. Uno queda con gusto a "si empezó
con esta vaina, por qué no termina".
En realidad falta
una razón de ser, no se puede hablar de Una Semana en la Vida de Matías.
Aunque si el objetivo es precisamente sacarse esa Mala Onda de encima, entonces
tal vez lo mejor hubiera sido no contar el final que en el libro representa
precisamente la superación de esa mala onda.
En todo caso es
lectura rápida, mucho mas rápida que aquella de una novela normal,
porque hay mucho de narración simple, fluir de conciencia, sin palabras
complicadas aunque si muchos modismos.
Para aquellos
que disfrutaron con Palomita Blanca, Mala Onda es algo similar pero no incorpora
--o no llega a incorpar-- el aspecto romántico de Palomita Blanca. Es
en otra época, donde lo político está prohibido y además
Matías no tiene mayor interés en conocer lo que ocurre fuera de
su mundo. La recomiendo aunque con reservas, no es una gran novela, pero es
algo bueno para el verano, para un domingo o para alguna clase aburrida.
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