En los 60 años
de Poli Délano:
MAESTRO
EN EL ARTE DE COMPARTIR Y NARRAR LA VIDA
por Ramón
Díaz Eterovic.
Alguna vez, reseñando
las características de la generación literaria a la que pertenezco
-"del Golpe" o "del roneo", como se le ha llamado en diversas oportunidades-
mencionaba que ésta se había formado sin maestros inmediatos,
por cuanto la mayoría de los narradores que nos antecedían, estaban
exiliados cuando acometíamos con los primeros esbozos narrativos, a los
inicios de los años ochenta. La natural y lógica relación
inmediata que debe existir entre generaciones literarias se había roto,
al igual que la red editorial y de crítica que habría permitido
su oportuna y mayor difusión.
Uno de esos
maestros a los que aludía era Poli Délano, escritor físicamente
ausente, exiliado en México, pero aún así, con una presencia
significativa en lo que era nuestro modo de enfrentar la literatura, siguiendo,
dentro de lo que la dictadura lo permitía, aquellos cauces de vitalidad
y entusiasmo que habían marcado la Generación de los "Novísimos"
a comienzos de los años setenta, a través de la obra de narradores
como Fernando Jerez, Ariel Dorfman, Skarmeta y el mismo Délano, entre
otros. Los libros de Poli Délano circulaban de mano en mano, y muchos
de sus cuentos eran referencias obligadas en los grupos o talleres literarios
que reunían a los jóvenes narradores de entonces, ya sea en la
Sociedad de Escritores o en centros universitarios.
Después,
en el año 1984, Poli Délano regresa a Chile y se integra al quehacer
gremial de sus pares. Al conocerlo se produce esa ecuación perfecta que
no siempre se da y que hace coincidir la obra de un autor con su propia forma
de ser. El dinamismo, la vitalidad, el compromiso y la generosidad de sus personajes
no tenía otra raíz que la propia personalidad de Poli Délano
que, en este mes de abril cumple sus sesenta años de vida, ya que como
recuerda su padre, el escritor Luis Enrique Délano, en ese notable libro
de memorias que se llama "Sobre todo Madrid", "el 22 de abril, un día
de plena primavera madrileña, les di a todos los vecinos, a don Jesús,
el portero, a Sebastián, el tabernero, al pescador, la sorpresa de responderles:
pues oiga usted, sí. Hoy nació mi hijo". Desde esa fecha, y en
algo más de cuarenta años de constante trabajo narrativo, Poli
Délano ha llegado a convertirse en uno de los nombres claves de la narrativa
chilena, con más de treinta publicaciones a su haber, y reconocimientos
internacionales como el Premio Casa de Las Américas y el Premio Nacional
de Cuento de México. Sus cuentos han sido traducidos y publicados en
numerosas antologías editadas en el extranjero, y su labor de monitor
de talleres literarios ha motivado a muchos jóvenes escritores, como
ocurrió durante su estadía en México, donde -nos conta-
se le valora y aprecia como uno de los maestros del cuento latinoamericano.
La presencia
de Poli Délano en el Chile de los años ochenta fue un estímulo
incuestionable para quienes encendíamos nuestros primeros fuegos literarios.
A través de su participación en lecturas públicas, foros,
escritura de prólogos, artículos periodísticos, talleres
de cuentos, lectura de originales y su paso por la presidencia de la Sociedad
de Escritores de Chile fue aglutinando voluntades a su alrededor, reconfirmando
la necesidad de ampliar ese compromiso ineludible que todo escritor tiene con
su obra y con el tiempo histórico que le toca vivir. Al contrario de
otros escritores, Poli Délano asumió su lugar en la lucha que
entonces se daba por recuperar la democracia, y no se dejó tentar por
el show en que, la dictadura y luego el mercado, convirtieron al arte y la cultura.
El año 1984, fue también el esperado encuentro con un autor al
que habíamos seguido desde sus primeros libros de relatos - "Gente Solitaria",
"Amaneció Nublado" y "Uppercaut" - pasando por sus primera novela - "Cero
a la Izquierda"- hasta sus obras del exilio: "El hombre de la máscara
de cuero", "En este lugar sagrado" y "Piano bar de solitarios". Una narrativa
que siempre nos había atraído por su cercanía, por contar
historias reconocibles, en las que el amor, la lucha social y la aventura urbana,
son sus motivos principales.
En una acertada
aproximación a su obra, el crítico estadounidense John Hassett,
dice que el "mundo narrativo de Poli Délano tiende a girar en torno a
los siguientes temas: el azar como una de las fuerzas más poderosas en
nuestra vida; la relación, algunas veces graciosa, otras trágicas,
pero siempre muy convincente y humana entre el hombre y la mujer; la soledad,
cuya presencia en su narrativa alcanzó mayor intensidad durante su exilio
de once años; y finalmente, una notable nostalgia del pasado". Dichos
temas se reiteran y recrean desde los primeros cuentos de Poli Délano
y alcanzan una profundidad y humanidad notable en novelas como "El hombre de
la máscara de cuero" y "Piano Bar de Solitarios", novela esta última
que escribió en México y retrata a una serie de personajes nostálgicos,
desarraigados, que se reunen a compartir sus vidas en un bar, junto a un piano.
Novela que destacamos, porque acaba de ser reeditada por tercera vez en Chile
y representa uno de los puntos más alto de la narrativa chilena del exilio.
Para Poli
Délano, narrar es siempre contar una historia, recrear sentimientos y
hechos donde el hombre común está presente con sus pequeñas
luchas cotidianas, sus dudas y certezas. Su modo de narrar es por lo tanto siempre
vital, impregnado por las mejores virtudes de escritores como Hemingway, Faulkner
o Charles Bukoswky, de los cuales ha sido un entusiasta lector y difusor. Como
ocurre con otros narradores latinoamericanos contemporáneos, en los relatos
de Poli Délano hay una aproximación a su entorno desde espacios
mínimos e historias marginales que más que explicar la vida, dan
un retrato fino de ella. Sus cuentos y novelas muestran a un narrador certero
en la construcción de diálogos y personajes, que contribuyen a
que sus textos se ganen de inmediato el interés y la complicidad de sus
lectores.
Estas líneas
no pretenden analizar detalladamente la obra de Poli Délano. Sus méritos
y características creemos que son de sobra conocidas por quienes tienen
una visión atenta de la narrativa chilena. Más bien, quieren ser
una manera de expresar el reconocimiento y admiración por un escritor
que merece ser destacado por su contribución a nuestra literatura, y
porque sus textos y su persona conllevan una enseñanza que pocos escritores
en la actualidad saben dar : la literatura es sobre todas las cosas una forma
de acercamiento entre los hombres, y el oficio literario,no por ser en esencia
solitario, está ajeno a las ideas de amistad, estímulo y solidaridad
que deben existir entre quienes lo ejercen. Por ello, nos resulta natural y
necesario señalar que Poli Délano es un maestro en el arte de
compartir y narrar la vida; y eso, es un motivo poderoso para celebrar sus primeros
sesenta años.
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