Boletín Literario de escritores.cl -Septiembre 2003 HttP://www.escritores.cl
PORTAL DE LITERATURA CHILENA EN INTERNET
La Literatura Infantil Chilena
Ester Huneeus

por Manuel Peña Muñoz.

La literatura infantil en Chile como en toda América nace en el siglo pasado con libros moralizantes y educativos destinados a la escuela. En 1812 nace la imprenta y desde esta fecha se inician las primeras publicaciones de cartillas y cartones para la enseñanza de la lectura en castellano. El primer libro para la infancia lo encontramos en 1824. Es la "Cartilla del Padre Zárate" para enseñar a leer a los niños. Luego vendrán publicaciones religiosas, poemas patrióticos y sainetes infantiles para representar en los patios de los colegios.

En 1908 aparece la revista "El Peneca" que circula hasta 1960 en toda Latinoamérica. Es una publicación destinada a la recreación infantil por medio de la literatura. Su directora fue Elvira Santa Cruz Ossa, una mujer que supo ver el alcance artístico de la literatura pensada para los niños. Esta revista contó con las inolvidables ilustraciones de Coré, Mario Silva Ossa.

Otros precursores han sido Blanca Santa Cruz Ossa, autora de "Cuentos Araucanos" y "Cuentos chilenos" que - en los años 3O y 4O - se preocupó de la cuentística folklórica; Damita Duende - que en estos mismos años - escribió una larga serie de cuentos de diversos países; Marta Brunet, autora de "Cuentos para Marisol" (1938); Ernesto Montenegro con sus "Cuentos de mi Tío Ventura" (1931); Esther Cossani, autora de "Cuentos a Beatriz"; Maité Allamand, autora de "Alamito el largo" (1951) y Carmen de Alonso, autora de "Medallones de sol" (1956) y muchos otros.

Hernán del Solar es otro gran precursor que obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1968 por su obra destinada a la infancia. Creó la editorial Rapa Nui en 1945, la primera en divulgar el género de la literatura infantil en ediciones cuidadas. En ella aparecieron en 1947 las primeras ediciones de "Cocorí" del costarricense Joaquín Gutierrez y "Papelucho" de Marcela Paz. Del Solar fue autor de numerosos libros y los firmó con originalísimos pseudónimos como Ricardo Chevalier o Bat Palmer. Sus libros más importantes son "La Porota" y "Cuando el viento desapareció", con sucesivas ediciones.

La poesía de Gabriela Mistral es universal, especialmente la destinada a la infancia. Por su temática americanista, sus poemas a las madres y a la niñez desvalida, mereció el Premio Nobel de literatura en 1945, al término de la Segunda Guerra Mundial. Pablo Neruda, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1971 tiene también obra recomendada para la infancia y la juventud. Un título señero es "El Libro de las Preguntas".

También es de prestigio internacional Marcela Paz, autora de "Papelucho", el libro clásico de la literatura infantil chilena al que le siguió una larga serie: "Papelucho en la clínica", "Papelucho casi huérfano" y otros.

Aunque no han escrito especialmente para la infancia o la juventud, hay autores sobresalientes en Chile cuyos títulos se han destacado entre los niños y jóvenes. Es el caso de Francisco Coloane, muy valorizado en los últimos años en Francia donde ha obtenido el Premio de la Orden de las Artes y las Letras otorgado por el Ministerio de Cultura Francesa 1996. Sus obras "El Ultimo Grumete de la Baquedano" y "Los Conquistadores de la Antártida" son clásicos de la literatura juvenil. Otro tanto podemos decir de José Luis Rosasco. Sus obras "¿Dónde estás Constanza" y "Francisca, yo te amo" son igualmente clásicos juveniles. En tanto que Luis Sepúlveda ha escrito recientemente "Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar" (1997), convirtiéndose en un éxito internacional de ventas con versiones cinematográficas. Otro clásico internacional es Eduardo Barrios con su larga serie de "Ami, el niño de las estrellas" (1986) y "Ami y Perlita" (1987), una sabia combinación de filosofía y ciencia ficción.

En cuanto a la poesía, hay que descacar a Miguel Arteche, Premio Nacional de Literatura 1997, con poesía infantil de calidad. Su obra "Las Naranjas del Silencio" es Lista de Honor del IBBY 1986. Otros poetas que han escrito para los niños son Efraín Barquero, Oscar Jara Azócar, Robinson Saavedra, Oscar Castro, Andrés Sabella y otros.

En España destacó María de la Luz Uribe, fallecida en Sitges, Barcelona en 1993. Desde allá escribió una obra poética inspirada en la nostalgia de las cosas chilenas, de donde surge "Cuentecillos con mote" que mereció el Premio de Literatura Infantil del Consejo del Libro y la Lectura en 1995. También ha escrito canciones y teatro infantil. Se destacan sus obras narrativas como "El monstruo de las casas y otros cuentos", "El cururía", "Doña Piñones" y su poemario "Cosas y cositas", premiado en 1986 con el Premio Austral. En este bello libro, canta a los objetos comunes como el pantalón, el abrigo, el botón, el collar o el paraguas. En 1983 obtuvo con Fernando Krahn el Premio Apel-les Mestres de Barcelona con "La señorita Amelia".

En los últimos años, los libros para niños en Chile destacan por las cuidadas ediciones. Hay grandes tirajes y se ha especializado la ilustración, aunque todavía es muy sobria y más seria que en los países del Caribe. Ha habido ciertamente una notoria diversificación de las tendencias. La literatura fantástica, la ciencia ficción, el relato vernáculo, la narración ecológica o de apreciación de la naturaleza, el teatro moderno en la escuela, la literatura realista o social, la lírica infantil, son algunas de las corrientes que predominan en un panorama general de nuestra literatura para niños.

A los relatos tradicionales de hadas y duendes que se escribían antes, siguiendo los patrones europeos, se han agregado corrientes que valorizan más lo nuestro, ya sea recuperando los mitos o enfatizando la vida de los niños chilenos de la actualidad, lo cual es una excelente señal que indica un generalizado interés por recuperar nuestra identidad.

Completa lista de autores destacados en Literatura infantil

 

En este número de escritores.cl:

  • Nuevo test literario .
  • Cuentos de Patricio Silva O.
  • Entrevista con Enrique Lihn .
  • Semblanza de Baldomero Lillo.
  • Escritor Invitado: Pedro Vallete.
  • Webs Recomendados.
  • Premio Nacional de Literatura año 1982


    Ester Huneeus de Claro, autora de la conocida serie de libros sobre su personaje Papelucho, no solamente ha escrito con el seudónimo de Marcela Paz, sino también corno Paula de la Sierra, Luki, Retse, P. Neka y Juanita Godoy.

    Colaboró en el magazine de El Diario Ilustrado (1930-1931); revistas Lectura, Ecrán, Zig-Zag, diarios El Mercurio y La Tercera, como en numerosos periódicos y semanarios del país.

    Directora y fundadora de revista Pandilla (Editorial Zig-Zag); directora de la página infantil en diario La Nación. Ocupó el cargo de presidenta de IBBY en Chile, de 1964 a 1967.

    Distinciones a su labor literaria: 1927, Premio Concurso Sanidad; 1934, Premio Club Hípico y Premio Andes; 1947, Premio de Honor Concurso Rapa nui; 1968, Diploma de Honor Hans Christian Andersen IBBY Internacional-Suiza; 1979, Medalla de Oro del Instituto Cultural de Providencia; 1981 Diploma de Honor de la . Municipalidad de Santiago; 1982, Premio Nacional de Literatura.

    OBRAS

    1. Tiempo, papel y lápiz, cuentos, 1933.
    2. Soy colorina, cuentos, 1935.
    3. Papelucho, las fechas de publicación de este personaje se inician en 1947 y continúan hasta hoy, 1983.

    4. Papelucho casí huérfano.
    5. Papelucho detective.
    6. Caramelos de luz, cuentos para niños, s/f.
    7. Papelucho en la clínica.
    S. Papelucho historiador.
    9. Papelucho perdido.
    10. Papelucho misionero.
    11. Papelucho, mi hermano híppíe.
    12. Papelucho, mi hermana ji.
    13. Diario secreto de Papelucho y el marciano.
    14. Papelucho: ¡Soy Dix-leso!
    15. Papelucho en vacaciones.
    16. Los pecosos, cuentos para niños, 1981.
    17. El soldadito rojo, relatos para niños, 1981.
    18. Los secretos de Catita, cuentos para niños, 1981.
    19. Períco trepa por Chile, en colaboración con Alicia Morel.

     

    Cuento

    LA ROSA PRETENCIOSA
    Ilustración: Angela O´ Ryan
    Texto : Ernesto Langer Moreno

    Érase una vez una rosa muy coqueta y vanidosa que, como veía que todos se detenían ante ella para alabar su belleza, ni siquiera quería hablarles a las otras flores del jardín.
    Por la mañana ella amanecía toda cubierta de rocío y luego se iba abriendo lentamente, mostrando uno a uno sus pétalos, creyéndose mejor que las demás.
    En eso, una abeja se posó en una hoja de un árbol cercano y viéndola tan engreída le preguntó:
    "¿Por qué eres así con las otras flores del jardín? Tú eres sin duda la más bella, pero no eres la más dulce, ¿qué te hace pensar que tú eres la mejor?"
    La rosa escuchó sin mover una espina y se hizo la desentendida. "Porque" pensó ella "quién era esa abeja para pedirle explicaciones". Ella se sentía la reina de las flores y a una reina no se le habla así no más.
    La abeja a su vez, al verse ignorada, no insistió, y se fue volando hacia otra flor más agradable.
    Al otro día, a una mariposa que revoloteaba por el jardín también le llamó la atención el aíre de superioridad de la rosa y acercándose le preguntó:
    "¿Quién eres tú que te estiras y miras con desprecio a las demás flores del jardín?, Tú eres sin duda la más bella, pero no eres la más dulce ¿qué te hace pensar que eres la mejor?"
    Otra vez la rosa escuchó sin decir una palabra y la mariposa que no estaba de humor para soportar a una pesada como esa, también se marchó.
    Así pasaron los días y la rosa seguía creyéndose la mejor. Las otras flores del jardín murmuraban entre ellas y por supuesto, esa rosa no les caía muy bien.
    "Yo soy la más bella" se decía la rosa "no hay otra como yo".
    Pero entonces, sucedió algo inesperado.La dueña del jardín apareció con unas tijeras en las manos y a esa rosa, que era por cierto la más bella, fue la única que cortó.
    Se la llevó adentro de la casa y la puso con un poco de agua en un jarrón.
    Al poco tiempo, como era de esperarse, la rosa comenzó a marchitarse y sus pétalos se pusieron tristes y empezaron a caerse.
    Su belleza desaparecía mientras podía ver a través de la ventana a las otras flores del jardín.
    Ellas continuaban perfumando el jardín con sus dulces fragancias y las abejas y las mariposas seguían revoloteando alrededor.
    Entonces, la rosa comprendió que su belleza le había traído su desgracia al llamar tanto la atención. Y que a veces es mejor no serlo demasiado, sino que le habría sido mucho más provechoso ser dulce y sencilla como las otras flores del jardín. Porque mientras ella se moría triste y fea en ese jarrón, las dulces flores continuaban gozando del sol y del rocío. Cosas que ella, que se creía la más bella y apreciada, no vería nunca más.

     

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