Parque del recuerdo


Me pregunto por qué ya no se deja a los muertos en el cementerio. Acá, sobre el césped, es difícil caminar. Los tacos se hunden. La humedad entumece mis piernas. La brisa me levanta la pollera. ¿Estaré exagerando la anécdota? Me deslizo vistosamente, contoneándome, irritándolos. Represento con soltura al personaje. Siento furia y deseo sobre mis caderas. Me causan gracia los comentarios de rigor. ¿Que no tengo velas en este entierro? ¿Que si no conozco la vergüenza? Lentamente, me aproximo a la viuda, mordiéndome los labios. Le paso las flores y recito. “Hola, soy yo. La víbora. Gusto en conocerla”.

Lorena Muñoz Zapata


 

Escritores.cl 2005