Para AnnaMaría Barbera Jamás elude el vivir su extrañeza de porque sí en vez de porque no. Nadie hay que sepa callar el resuello de sus poros al presentir algo cierto. Tan inmenso el instante que a uno le dan ganas de todo, incluso de la nada, desde luego de Dios que ha puesto amistad entre el frágil tiempo y su ternura de Gran Regazo. En vez de porque no, es hora de que se diga aleluya hasta el mar y del verde rocío nuevamente aleluya, siempre y cuando las madres no arrepientan lo vivo. |
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