Cuál
es nuestro horizonte, y el tuyo, Oh, extranjero, Oh persona sin ton
ni son, sin chus ni mus, Oh invitado de piedra tan sólo llamado
aquí para digerir tu propia substancia sobre un plato de vacío,
mi ilustre huésped
Mi ilustre
amigo, el que no tiene un rostro para reflejar en los espejos, el
que no tiene una mujer de vientre hueco y sin embargo cálido,
seco cuando es debido y húmedo ante tu sola presencia
Ah, tú
aquel que parece borrarse de nuestro lado, esfumarse de nuestras reuniones
silenciosamente
Que no
parece proyectar sombra sobre el suelo