El sesgo atrabiliario de algunos rostros,
siempre presentes everywhere. La boca torcida en una sonrisa cuyo objetivo
es el interior mismo del cerebro. La perplejidad de los espectadores
No pueden en estos tiempos de ruido y lamentaciones
ser tomados en serio. No nos permitamos sino una mirada al sesgo, de
reojo, a la Vitrina del Mundo
Estiremos nuestros párpados largos sobre
la parte sensible de las pupilas, identifiquémonos con las Necesidades
Concretas
Sean sus cajas toráxicas de huesos dibujados
con nitidez la única guitarra premonitoria de nuestro canto
-Chanta la moto. Abandona tu lenguaje abstracto.
Tu palabra es un pájaro intangible, volando muy alto sobre el
tumulto de las ciudades, eres capaz entonces de una visión bastante
general
No como el artista plástico que trabaja
sobre la greda, alisa con la yema de los dedos todas las anfractuosidades,
y nos presenta superficies lisas, sin mácula, deleite del ojo
tranquilo
No es esa la condición de nuestra pupila,
ni la conexión que se establece entre la misma y el hemisferio
cerebral derecho (asiento de la intuición y los afectos), hasta
hace poco cubierto por una coraza que saltó en pedazos
-Es muy importante vivir en un basement, tener
frente a los ojos la perspectiva de los zapatos de los que pasan, las
colillas en el barro
En un rincón del cuarto de las ex doncellas,
que sin embargo guardan en el interior de su cerebro secciones blancas
blandas y tiernas, como un hongo benigno
Se arremolinan las PRENDAS INTERIORES, manchando el aire de su olor,
como dotadas de vida propia
II
Y es en medio de esas cosas báquicas,
como dice el chico, en que el alcohol nos deja babeantes
Que la parte más dinámica de nuestra
personalidad se despierta de repente y dice "qué chuchas
pasa"
Y entonces se despliega como un abanico toda
la extensión pululante de las experiencias, el rostro de los
Antiguos Seres Queridos
Y se insinúa como un hilo de plata unido
a un volantín chupete el Destino Histórico que une o suprime
nuestra molesta individualidad en el seno de más generales combates
La mano de la Justicia y de la Cultura separa
las aguas, de los de aquí y los de allá
Pero la promesa de nuevos días soleados
se insinúa tras los fragmentos de ese horizonte roto-Frecuentado
por negros pájaros y sus circunvoluciones
Haciendo que el zumbido de sus alas cada vez
más próximas haga temblar y casi disolverse la coraza
en que hemos metido nuestro cerebro