Otra vez
! exclamó insatisfecha y muy disgustada.
Dale con preguntarme
lo mismo, como si no lo supieran.
Es verdad que anoche
me arranqué del manicomio y que me llamo Libertad
y que les pido a
todos que me violen.
Son unos hipócritas
de primera, porque todos me desean.
Entonces, para qué
tanto revuelo: me poseen,
disfrutan de mi locura
y corren a jactarse con sus amigos.
Entonces, se dan
cuenta, la interrogación resulta vana.