Plegaria de la prostituta, de Amado Lascar*

 


Te doy gracias, Dios mío
por las caderas que me has dado,
por los senos,
por mis labios gruesos y mis dientes blancos.

Gracias, Dios mío,
por darme el reposo de un oficio,
por permitirme trabajar en las esquinas,
por darle el pan a mi mocoso.

Te doy las gracias
por tu bondad y tu santa bendición;
gracias, Dios mío, por tu sonrisa,
por distinguirme con tu cariño.

!Otras como yo, las hiciste feas, deformes!
!Otras como yo, no tienen trabajo!
!Otras como yo, tienen el sexo delicado!
Por eso te agradezco, Dios mío.

Porque la vida es muy dura, eso lo entiendes;
nos sometes a tantas pruebas,
pero yo cuento contigo
!Puedo confiar en tu sabiduría!

Te agradezco, Señor,
porque me permites vivir sin arrodillarme,
porque me dejas conservar mi dignidad de mujer,
porque mi hijo no es un mendigo triste.

Gracias, mi Dios...
Repetiré mi plegaria para que te sientas feliz.

 

* Amado José Lascar creció y vive en Estados Unidos.

 
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