Humberto Díaz-Casanueva y Heidegger y una poética

 

Por H. Ortega-Parada *

Treinta años de vida dentro del medio literario chileno, entregan muchas experiencias y conocimientos del pensar y modo de ser de figuras principales. Los escritores, por muy originales que sean, ninguno sale de la nada. Por eso es importante ver quiénes fueron sus maestros o influencias, y qué es lo que entregan como novedad en sus obras. He trabajado con las ópticas fenomenológicas y psicológicas, por lo cual sé que mi análisis contiene aportes no desechables. Tengo una vasta experiencia en la comunicación cultural y veo la necesidad de no guardarme esta veteranía y entregar en un libro mi teoría aplicada y la documentación inédita que guardo. Esta documentación está formada por cartas, dibujos, manuscritos y fotografías, obtenidos en esta trayectoria. En conjunto, mis escritores son representativos de una época importante de la historia literaria de Chile, quizás la más rica en calidad, en conjunto, creada pese a la oscuridad política del país. Más, cuando he visto desaparecer escritores de mérito sé lo que ocurre con su propia memoria, su bagaje cultural, sus libros, sus sueños y visiones generosas traducidas entextos literarios. Yo también puedo desaparecer y ese conocimiento trato de compartirlo.

PREFACIO

El editorial de Revista Huelén N°2, año 1981, dice en un párrafo: “Suceso notable es la reencarnación enel mes de marzo, en Chile, del poeta Humberto Díaz-Casanueva. Llega desde N.Y. y amenaza, como abejorro irritador de espíritus, volver pronto a su patria, definitivamente. Después de escucharlo se nos revela una verdad: hemos vivido años sin un guía espiritual –estrictamente espiritual-. ¡Cuánto bien nos ha hecho escuchar a HDC! Sus largos monólogos traídos desde la improvisación sonmodernas esculturas móviles que reflejan los matices del pensamiento; pero que, en la palabra, despliegan la enseñanza y la filosofía, estableciendo así la gran superioridad del verbo.

EL POETA Y HEIDEGGER

Nuestro personaje mantuvo en alto su fidelidad y simpatía por aquel a quien consideró el mayor filósofo del siglo XX. No vamos a referirnos a la profundidad de un sistema filosófico, sino a la ardiente polémica sostenida a través del mundo acerca de la relación del pensador alemán con el nazismo.

Pero no nos equivoquemos sobre el código libertario a toda prueba de nuestro referente. En el diario La Época, edición del 10.09.87, H.D-C escribió una breve columna, “El legado de Rudolf Hess”, a cuyo término, después de recordar que Hitler y Hess eran “vegetarianos, naturistas y se hacían aconsejar por astrólogos”, se lee: Extraño acoplamiento de la inocencia primitiva con los crímenes más perversos, que Freud tardó en estudiar. Lunático y entumecido vivió Hess después de su aventura en Escocia. Pero, ¡cuidado!: fue uno de los que, frío y concentrado a la vez, maniático, paranoico, participaron en uno de los genocidios más grandes de la historia.”

Para el caso, voy a tomar una reseña de la polémica registrada por la Revista Apsi N°233, del 04.01.88, Santiago, titulada “¿Fue Heidegger nazi?”, la cual construyen cara a cara dos ex alumnos del maestro de Friburgo.

El profesor de filosofía y ensayista chileno Víctor Farías, ex académico de la Universidad Libre de Berlín -hoy docente de la Universidad Andrés Bello, de Santiago-, alcanzó un doctorado en la universidad de Friburgo, Alemania, y allí concurrió a un seminario de Heidegger; a partir del cual se estableció una cierta amistad entre ambos. La reflexión sobre un predicado del maestro, abrió una duda en el alumno chileno:

“Todo el mundo sabe que para Heidegger el hombre es en sí mismo la comprensión del ser. Y esta comprensión del ser se da por medio del lenguaje. Luego, si hay hombres que tienen un lenguaje capaz de llegar a la esencia de las cosas y otros tienen un lenguaje que no sólo es incapaz sino un impedimento: hay hombres de primera clase y hombres de segunda clase, de la que yo necesariamente formaría parte. Al decírselo, eludió una respuesta clara.”(…)“Mi primera sorpresa fue ver en el Centro de Documentación, en Berlín, donde se hallan todas las fichas de los miembros de la NSDAP, la ficha de Heidegger, con fecha de ingreso el 1° de mayo de 1933.” (..) “En el archivo de Karlsruhe encontré un documento que prueba que Heidegger participó en la persecución de la asociación de estudiantes judíos. La sede de esta asociación fue asaltada por la SA cuando Heidegger era rector, y él bloqueó la investigación. En 1934 firma, con la elite intelectual, un llamamiento a reunificar en Hitler los cargos de canciller y jefe del Estado, tras la muerte del anciano Hindenburg. En 1935, sus lecciones sobre introducción a la metafísica hablan también de la grandeza interior del nacionalsocialismo.”

Víctor Farías publica en Francia, el libro “Heidegger et le nazisme” (1987), ensayo traducido al castellano dos años después.

Enla misma revista antes citada, HD-C expresa su opinión:

“Derrida, uno de los grandes pensadores franceses actuales, ha expresado: ‘Nadie ha podido jamás reducir toda la obra de Heidegger a la de un ideólogo nazi cualquiera.’ (…) Prosigue HD-C: “Asistí a los cursos de Heidegger sobre Hölderlin en 1935. (Él había sido rector de la Universidad de Friburgo en 1933). Establecióse una relación entre nosotros; me ayudó a terminar mi tesis ‘La imagen del hombre en la filosofía de Ortega y Gasset’; me convidaba a su cabaña en la Selva Negra. Me hablaba con amargura de su experiencia del rectorado, criticaba a los nazis y se dolía del gran error que había cometido. En 1936 comenzó sus cursos sobre Nietzsche, exaltando su metafísica y oponiéndola a la imagen biológica que de él tenían los nazis. Yo lo incitaba a que me hablara sobre los presocráticos, Hölderlin, Trakl o Rilke.” (…) “Nunca usó camisa parda o negra, ni desfiló ni proclamaba el ideario nacionalsocialista, pero se hizo miembro del partido y ostentó su insignia.” (…) “Los nazis le exigieron al rector Heidegger que expulsara a los profesores y estudiantes judíos, quemara públicamente los libros judíos y permitiera a los nazis llenar de carteles antisemitas los muros de la universidad. Heidegger se opuso. Entonces tuvo que dejar la rectoría a los diez meses de haberla desempeñado. Siguió haciendo clases, pero los nazis le prohibieron publicar libros, no lo dejaron asistir a los Congresos Internacionales de Filosofía –Praga, 1934 y París, 1937- y lo atacaron implacablemente, sobre todo Krieck, el filósofo oficial.” (…) “En los archivos de Heidegger hay más de cien mil hojas manuscritas que todavía no han sido ordenadas…” Esta es parte de la declaración de Humberto Díaz-Casanueva.

 

Existe otro testimonio relatado por HDC, respecto de su experiencia alemana: “A través del tiempo, encuentro que dos sucesos culminantes marcan mis cinco años de peregrinación por las universidades alemanas: la quema de libros y mi encuentro con Heidegger. La quema de libros se produjo en la noche del 10 de mayo de 1933, en la plaza de la Opera de Berlín. Yo asistí a tan horroroso espectáculo y aún traté de salvar un libro de Thomas Mann que severamente me quitaron y arrojaron a las llamas. Esa noche, en varias hogueras, se quemaron 25.000 libros. Freud dijo: ‘Se queman libros; se terminará quemando hombres’. Fue profético. Miles de jóvenes nazis cantaban, vociferaban y saltaban como poseídos” (…) “No sólo en Berlín sino en todas las ciudades alemanas.” (…) “Desde entonces, me sentí profundamente antifascista, en todas sus formas, por solapadas que sean, enemigo de autos de fe, index o censuras.” (Entrevista con Ana María del Re, Caracas, 1982)

JUICIOS LITERARIOS DE Y SOBRE HD-C

Tempranamente nuestro poeta se relacionó con la poesía y algunas de sus figuras magnas del orbe. Lo que no hemos tenido presente, aquí en Chile, es que si HD-C, habla de Hölderlin es porque lo leyó y lo estudió en alemán. Lo mismo de Rilke. Lo mismo, otros. La filosofía que envolvió a estos seres extraordinarios no constituyó misterio para él. Por lo tanto, sus discursos literarios, sus charlas didácticas, y las preferencias de su corazón, vienen de las profundidades de su alma. Él no fue producto de una cultura libresca.

Podemos ver a través de algunos juicios publicados su propio estilo prosístico y, por el contrario, las visiones percibidas sobre su obra en distintas edades y lugares. Todo, en síntesis.

Durante su estadía en Montevideo estudia tres años de universidad (1929-1932), período en que se revela su vocación por la filosofía. Allá conoció y frecuentó a Juana de América. Para ayudar a los maestros chilenos perseguidos por la dictadura de Ibáñez, Juana de Ibarbourou solicitó a Humberto la preparación de una antología poética, cediendo sus derechos a la causa indicada. Editorial Nascimento, de Santiago, edita en noviembre de 1930 un libro de 244 páginas que recoge “Sus mejores poemas” (entre textos editados y otros que aparecían por primera vez). Por supuesto, hojeo el libro en mi biblioteca y compruebo que se trata de una selección y prólogo de nuestro poeta. Veamos algo de la prosa de HD-C cuando tiene 23/24 años de edad:

Han pasado algunos años. La niña tímida y salvaje de las orillas del Tacuarí es una mujer gloriosa. Su casa es motivo de peregrinación como un lugar santo en que arde fulgurante, su espíritu. De todos los países y de todas las lenguas, la asedian cada día. Últimamente su pueblo le ha hecho un homenaje que constituyó una verdadera exaltación (el 10 de agosto de 1929, el pueblo de Montevideo llenó totalmente el Palacio Legislativo para rendirle a Juana de Ibarbourou un homenaje de cariño y admiración, llamándola Juana de América. El acto fue presidido por Alfonso Reyes y representantes de todos los países hispanoamericanos). Sin embargo, de la prueba del triunfo ha salido tan ágil, pura y sencilla que asombra. Ahí está niña y menuda como siempre, los ojos sobre el mar, el brazo sobre su hijo, la existencia entera siempre ligada a su raíz salvaje.”

De esa poesía, expresa: “Son poemas de una esencia simple y pura, expresando verdades fundamentales con una concepción primaria casi siempre, sin rebuscas estilísticas ni realismo. Su expresión simbólica va más allá de sus percepciones sensoriales, alcanzando extraordinaria fuerza de sugestión sin que su fácil trance comunicativo altere o merme en ningún instante su nobleza.”

En 1958, la extraordinaria revista chilena “Atenea” (N°380-381) publica un interesantísimo ensayo sobre untema, a su vez muy selecto, de HD-C: “Bases para la discusión sobre las relaciones actuales entre Poesía y Ciencia”. Y entra directo al tema:

“Dentro de sus actitudes fatalmente divergentes, Poesía y Ciencia, en el transcurso de la historia se han aproximado tratando de complementarse o se han divorciado hasta ahondar un supremo antagonismo. Hubo identificación en Empédocles o Lucrecio e intentos de llegar a campos limítrofes en el romanticismo alemán. A mediados del siglo XIX el antagonismo comenzó a hacerse violentamente visible con el avance vertiginoso de las ciencias exactas y de la tecnología, la revolución industrial y el predominio de una filosofía arrogante basada en la idea del progreso rectilíneo e ininterrumpido. De acuerdo con el criterio cultural dominante en aquella época, la Ciencia, como conjunto de conocimientos fundados sistemáticamente, con determinación estricta y preocupación causalista, iría gradualmente desplazando la metafísica, la religión y la poesía. Keats, en un brindis, maldijo a Newton por haber destruido el lirismo del arco iris y estimó que el inevitable efecto del avance científico anularía la posibilidad de la Poesía. Poe, en un soneto titulado ‘La Ciencia’, gritó: ‘¿Por qué devoras el corazón del poeta - ¡oh, buitre!- cuyas alas son sórdidas realidades?’…”

El total del ensayo suma ocho páginas, y un poco más; con letra pequeña. Vale la pena leerlo con cuidado. Ahora bien, a mi vez, puedo citar a Gaston Bachelard (fr.), científico en sus inicios, llegó a determinar como principio: “Tornar geométrica la representación, vale decir, dibujar los fenómenos y ordenar en serie los acontecimientos decisivos de una experiencia, he ahí la primera tarea en la que se funda el espíritu científico.” Parte de su análisis fue dado a conocer en “La formación del espíritu científico. Contribución a un psicoanálisis del conocimiento objetivo”. Más adelante, revisando la poesía de todos los tiempos (sus libros sobre los elementos naturales y los mitos), encuentra un profundo punto de encuentro. Es decir, resuelve cualquier controversia al respecto por la vía del arranque psicológico (establece como matriz la imaginación).

A mucho andar (literal), es obvio que HD-C ha cambiado su estilo y la profundidad de su pensamiento. Pero es inherente a su personalidad la elegancia de su lenguaje. “Homenaje a André Breton” (Las últimas Noticias, 05.11.66), escrito en Argelia, revela su personalísimo criterio:

“A Breton y al surrealismo le deben mucho los poetas chilenos; no sólo aquellos que practicaron sus técnicas, sino otros que profundizaron su propia imaginación simbólica, con fulguración nocturna e idioma mágico, hasta crear una poesía, la de mayor fuerza en lengua española. Más que imitación, hubo incitación y correspondencias con estructuras ya predispuestas. Porque el surrealismo, liberando, se devora a sí mismo y se supera en su propia negación. Como escuela, es limitado; como tendencia espiritual de nuestro tiempo es vasto, sin horizontes cerrados. Desdobla la ortodoxia de los grupos para expresar la tensión y las contradicciones de la época. Puede deslizarse al subjetivismo anárquico, anularse en contradicciones intelectuales, enquistarse; pero exalta la condición humana, prometeicamente, explorando todas las fuerzas ocultas del espíritu. Para ello suscita, en primer lugar, la crisis de la conciencia burguesa, el abandono de la fácil seguridad de los convencionalismos.”

“Atenea” (N°421-422, de 1968), publica “El padre violento”, exégesis de la poesía de Pablo de Rokha. Comienza con apuntes para un retrato:

“Lo veo solitario y enhiesto, antiburgués y absolutamente convencido de sí mismo, con alardes de heroísmo, más fe que saber y ejecutado por su naturaleza carnal. Está condenado a no tener jamás discípulos, pero los jóvenes desfallecientes deberían consultar su trayectoria.” (…) “Ha escrito algunos de los versos más hermosos de la poesía chilena y también algunos de sus versos más malos y vulgares. Me da la impresión de un niño sonámbulo con una fuerza excesiva que no sabe emplear para la fecundación espiritual por carencia de rigor estético, maduración abstracta y capacidad para la proyección de pensamientos puros.” (…) “No llega a extenuarse en un proceso de introversión y prefiere desplegarse en un flujo presurrealista, como si su intención no fuera revelar sino que espantar.”

De las numerosas distinciones que HD-C tuvo para conmigo, figura una cantidad de páginas que me envió desde la NU, N.Y., que yo hice encuadernar; en primer lugar, el original de “La aparición”, poemas que luego editó el PEN Club de Venezuela; enseguida, numerosos artículos de prensa del mismo país. Allá fue recibido por el Presidente Herrera Campins. Incluye, además, el extenso discurso “En el aniversario de la muerte de Pablo Neruda”, con un acápite suyo, manuscrito, que dice: “Leído en el Homenaje a Neruda realizado dentro de la Convocación Venezolana a la Poesía Latinoamericana”, en Caracas, 23 de Septiembre, 1983”.

Al regreso definitivo a su país, HDC pronto captó –in situ- que su poesía no era comprendida a pesar de las alabanzas literarias y golpecitos en la espalda que él recibía. Los macizos discursos entregados, más que hablar de su “yo poeta”, intentan explicar aquello que es inherente a una gran poética. De ese modo, justifico la conferencia/recital que Humberto dictó en el Campus Oriente de la U. Católica, invitado por su Director Ernesto Livacic. Título: “Poesía: Poemas más Hermenéutica”. Fecha: 16.11.84. Yo fui invitado pero no dejé registros pues quedé mal ubicado en el recinto. Sin embargo ya había leído a Luis Merino Reyes, que en La Nación, un 05.08.62, reproducía el alegato fundamental del poeta en autos:

“Algunos han dicho que yo transcribo filosofía en mis poemas. Jamás he podido escribir con planes abstractos o ideas metafísicas deliberadas. Todo se inicia en un estado de ánimo que se va expandiendo en asociaciones”. (…) “Pude darle vino al canario, contentarme con el rocío y afinar mi poesía hasta convertirla en canción inofensiva”.

Y en poesía, así al azar:

“Hombre / Agarrado al lúcido caballo / He de enseñarte el secreto / De interiores / Levitaciones / El estremecimiento / De lo universal que se te / Escurre.”

Insistir en demostrar el error de muchos críticos, sería mi propia majadería. Que la filosofía ha abierto la mente, es sólo una ilustración ejemplarizadora.

(Segmentos del libro “Tentación de recordar. Escritores del siglo XX”, de H. Ortega-P.,302 páginas, formato 17x25 ctms., Ediciones Universitarias de Valparaíso, 2015).

 

* Hernán Ortega Parada nació en Cauquenes (Chile), en 1932. Ha participado en talleres de antropología con Benjamín Subercaseaux y literarios con Enrique Lafourcade, Miguel Arteche, Braulio Arenas, Eduardo Molina Ventura y Martín Cerda. Pertenece a la Soc. de Escritores de Chile (Stgo.) desde junio 1985 y es co-fundador del Grupo Literario Huelén, en 1979, grupo del que fue Director editor de su revista literaria “Huelén”, con 14 números de circulación nacional (1979-1984).  Esta labor se prolongó en Radio FM de la Universidad de Chile, como productor libre en los programas: “Gaceta Huelén” y “Galería de Arte Huelén”, hasta 1993, con “La Veu de Catalunya” y “Vieiros de Galicia”.

Amigo y estudioso de sus pares Ortega conoció personalmente a Mahfúd Massis, Salvador Reyes, Benjamín Subercaseaux, Alone, María Flora Yáñez, Humberto Díaz-Casanueva, Francisca Ossandón, Enrique Gómez-Correa, Armando Rubio. 

 
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