Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura
Patrocinador
Secciones
Escritores

Semblanzas

Entrevistas

Artículos

Revista
Premios nacionales
Enlaces
Ebooks
Micro Cuentos
Cuentos Chilenos
Poesía chilena
Libros gratis



Páginas personales de escritores

Sitios en escritores.cl
Renato Martinez
Nicolás Mareshall
Cristián Brito
Andrés Castillo
Gonzalo Torrealba
Vistor De la Maza
Sonia Luna

Patricio Silva O.

OMAR

Estela Socias
Margarita Rodriguez
Juan A. Massone
Jaime Hales
Bernardita Moena
Humberto Flores
Loreto Silva
Luis Varas
José Pedro Soza
Orietta de la Jara
Elizabeth Gallegos
Annamaría Barbera
Roberto Rivera
Martín Lasso
Felipe Maturana
Tamara Rojas
Leandra Brunet
Naiffe Jasen
Buscar en escritores.cl
Ultimos Números
Abril 2001
Junio 2002
Julio 2002
Agosto 2002
Julio 2003
Agosto 2003
Septiembre 2003
Octubre 2003
Noviembre 2003
Diciembre 2003
Enero 2004
Feb/Marzo 2004
Abril/Mayo 2004
Octubre 2004
Noviembre 2004
Diciembre 2004
Enero/Feb 2005
Marzo 2005
Abril/Mayo
junio/Julio
Agos/sept
Verano 2006
Otoño 2006
Invierno 2006
Verano 2007
Otoño 2007
Verano 2008
Otoño 2008
Invierno 2008
Primavera 2008
Verano 2009
Otoño 2009
Invierno 2009
Primavera 2009
Verano 2010
Otoño 2010
Invierno 2010
Primavera 2010
Verano 2011
Otoño 2011
 


Adivina, buen adivinador, ¿cuánto ingenio tienes tú?

Por Juan Antonio Massone

Como si no bastaran encrucijadas y dilemas, la mente se solaza en la invención de breves e ingeniosos acertijos que, en la vivaz convivencia, forja en el lenguaje a punta de observaciones, de picardías y de referencias al entorno significativo conformado de trabajo, natural horizonte, costumbres, e infaltable anatomía. Este último aspecto lleva a preguntarse: ¿por qué el ser humano gusta reír de su cuerpo? Sin duda existen respuestas más o menos satisfactorias, pero no nos deslizaremos por asunto tan resbaladizo. Ahora se nos invita a conocer una obra más graciosa.
Magdalena Fuentes Z. tiene a su haber una trayectoria de mérito. Sin estridencias ni promesas ayunas de respaldo vital, ha escrito sus libros de poemas con el cuidado y respeto que exige la palabra al oficiante de las letras. Se dedicó a aprender de quienes podían mostrarle sendero, en tanto compartía con otras personas ese acto de avanzar que apasiona a quienes saben que sólo se camina, porque en las letras no se llega a definitivo puerto jamás. Lo otro ha sido en ella vivir y escuchar el latido de la existencia en el esfuerzo y el silencio, en la constancia y en la pasión.
Conozco a Magdalena Fuentes desde hace ya varios años. Pero no es el abultamiento de tiempo cuanto importa, sino la calidad que significa acercarse a una persona en quien confiar-- motivo poderoso de agradecer y de representar a viva voz--, sobre todo en esta edad de hierro y otras indiferencias.
A esa frialdad ambiental que cada quien percibe, al desmayo anímico familiar y al porfiado tedio de un momento cultural de raquítico espíritu, le viene de perlas esta recolección de adivinanzas, las que, siendo memoria de lo anónimo, une desafíos de asociar realidades con velocidad asociativa.
Pariente de la charada, toda adivinanza se espeta con sorpresiva oralidad al ingenio de otro. Dijérase prueba al espíritu alerta, presentando dilemas de mundo despabilado al someter el intríngulis a la consideración del eventual interlocutor. Valiéndose de analogías, la adivinanza urge iluminar la escondida incitación que propone. A veces, la respuesta adecuada supone atender el doble sentido de las afirmaciones, como si en lo visible se escondiera la solución: “Oro no es; plata no es; abre una ventanita y sabrás lo que es”.
En otros casos, la proposición de analogía corre por cuenta de lo morfológico que emparienta a dos objetos, a realidades funcionales, a objeto y naturaleza.
Antología de la adivinanza, publicada por LOM ediciones, contiene 1003 casos de esta forma de ingenio popular. Juegos de palabras, porque el lenguaje hospeda al mundo y a las reacciones ante ese mismo mundo que, al par, se habita y se admira, consterna y aporta dicha. Jugar a base de palabras oídas, de vocablos enlaces, de tonos intencionados constituye ocasión inmejorable de buena convivencia. ¡Qué barato y qué sano! Basta con abrir la boca y con escuchar, en estos casos, para que se unan atenciones, se acepten desafíos y se esfuerce el ingenio. Juego de relación y de descubrimiento que, de seguro, es acompañado de risas, de malicias, de intentos adivinatorios.
Riqueza de cultura popular, la adivinanza cubre numerosos aspectos de la existencia. Lo sagrado y lo profano gozan de pareja inclusión en su repertorio de versainas intencionadas. Por igual aparece la vestimenta que algunas funciones biológicas; así también integran elenco propicios objetos y manifestaciones humanas: la guitarra, el tren, herramientas de labranza y de cocina, ejemplares de uso cotidiano tanto como realidades más abstractas: el eco, la nada, el apellido, por ejemplo.
He aquí algunos ejemplos que aluden a realidades diversas. “El que la teje/ la teje cantando/ el que la corta / la corta llorando/ el que la usa/ no sabe cuándo” (La mortaja); “Livianito como hoja/ capaz de llevar al viento,/ nadie conmigo se enoja/ tengo peso y no lo siento” (El billete); “De santa tiene su nombre/ y por cama el pobre suelo,/ tiene corazón sin alma/ y subir no puede al cielo” (La sandía)
Con la seriedad debida, la recopiladora deja expresa constancia de las fuentes orales y bibliográficas que le sirvieron de ricas vetas en la conformación del libro que presentamos y celebramos. Los nombres de Oreste Plath, Eliodoro Flores, Alfonso Larrahona, Cremilda Manríquez, Yukihisa Mihara, Caupolicán Montaldo. Rosendo Carrasco, Daniel Aguilera, Juan Bahamonde, José Santos González Vera, Roberto Contreras, Rubén Sáez, figuran entre los autores de textos.
Un anexo de voces asiduas-- chilenismos algunas--, quedan documentadas al final del volumen de 196 páginas.
Constancia del aporte regional permite comprender el influjo del paisaje y de labores en que tienen asiento y sentido muchas de las adivinanzas compiladas. Papel diferenciador muy similar al de los factores mentados lo desempeña el aspecto alimentario y hasta alcanza claridad la distancia de épocas originarias de los acertijos. Indudablemente, este modo de lenguaje “inteligente” tuvo y tiene su cultivo mayor en los ambientes rurales.
Hay libros para conocer en silencio particular. A los que sirven de relación directa entre las personas corresponde el linaje de éste. Por eso mismo, celebramos su edición, pues hará las veces de risueña amalgama en más de una familia o de un grupo de amigos y contertulios. Y fortalecer relaciones humanas es, hoy, una tarea de urgente fraternidad.
Deseo concluir esta presentación con una adivinanza que, tal vez, alguna vez escucharon: “Adivina, buen adivinador, ¿qué pájaro tiene don?”
Agraciada chilenidad es el que sentí al conocer este trabajo de Magdalena Fuentes. En el mismo espíritu le brindo estas palabras como un abrazo de gratitud.

 


Hacer clic sobre la imagen

 

 
Club Literario
Destacados
Cartas al director

Páginas personales de escritores
Web de un escritor
Blog del editor de escritores.cl
Comentarios de libros
Mandalas de Omar

mandalas de Omar aquí

su email
Ingrese su email para recibir novedades de escritores.cl
Haga clic aquí
DIASPORA

Antología escritores fuera de Chile

Suplementos

La Mistral en fotos

Poesía Religiosa

Encuentro de escritores

Escritores chilenos en Canada

Letras de cuecas chilenas
Escritores al banquillo
Diversos

Libros recibidos

Boletines temáticos

continúe estas Historias Inconclusas

El Ciego

María

El diario de un cesante.

El ascensor.
El viaje en autobus
Participa en la Tierra de los MicroTextos

clic

   

© escritores.cl - Permitida la reproducción de su contenido mencionando la fuente siempre y cuando no sea con fines de lucro